Familiares y allegados del
mexicano que falleció tras ser golpeado por agentes de la Patrulla
Fronteriza de EE.UU. el viernes pidieron justicia y una
investigación transparente sobre lo sucedido.

Anastasio HernándezRojas fue golpeado el pasado
viernes por
agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP, en inglés), en el paso de
frontera de San Isidro-Tijuana, cuando iba a ser deportado, tras lo
cual falleció en un hospital de Chula Vista, California, luego de
declarársele muerte cerebral.

"Para nosotros, para mí y mi
familia es algo muy difícil lo que
está pasando", declaró Verónica Hernández,
prima del fallecido en
una teleconferencia desde San Diego.

Hernández
aseguró que con la muerte del trabajador de 35 años,
también se le quitó la vida a su familia "porque ahora quedan 5
niños y una esposa solos".

Según Christian Ramírez, Coordinador
Nacional del American
Friends Service Committee, Hernández
tenía más de 20 años de residir
en el condado de San Diego.

Andrea Guerrero, de la Unión
Americana de Libertades Civiles
(ACLU) pidió una investigación "abierta y transparente" a la vez que
destacó que "durante el pasado año se han presentado situaciones de
abuso de fuerza" por parte de la CBP .

"Hay impunidad en la
frontera", afirmó igualmente Ramírez, quien
ratificó su pedido de una investigación transparente que arroje luz
sobre lo sucedido y establezca responsables.

Jackie Dizdul, de la
CBP de San Diego, señaló en un
comunicado de prensa que el incidente "está siendo investigado".

Agregó
que los agentes de la patrulla estaban "procesando un
individuo que había entrado anteriormente a Estados Unidos para
remoción cuando el sujeto se tornó combativo".

"Luego de
repetidas órdenes de cese, uno de los agentes utilizó
un taser para dominar al individuo y mantener la seguridad del
oficial", explicó la CPB.

Una vez el mexicano fue transportado al
hospital por personal de
emergencia médica notificado inmediatamente, la CBP trabajó
rápidamente para permitir a varios miembros de la familia la entrada
al país para ofrecerle apoyo, explicó Dizdul.

"La CBP lamenta la
pérdida de una vida y espera los resultados de
una investigación completa de este incidente", declaró la
representante de CPB.

Guerrero reconoció que Hernández había violado la ley al entrar
al país y culpó a la norma de inmigración de EE.UU. de la situación
de millones de indocumentados sin una solución a su estatus y la
separación de las familias.

"Esta (la muerte de Hernández) no es la repuesta y apoyamos a
la
familia", afirmó Estela De los Ríos, del Consorcio de Derechos de
los Inmigrantes de San Diego.

"Quiero que los Gobiernos se den
cuenta de lo que están haciendo,
debe haber protección para el país, pero también para la gente, que
son seres humanos. Que se haga justicia", pidió Hernández.