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Congreso prepara decisión sobre ley "Don't ask, don't tell"

El Legislativo tiene previstas dos votaciones para levantar la prohibición de que soldados gay pertenezcan a las FF. AA.

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El Congreso
de EE.UU. tiene previstas
dos votaciones para levantar la prohibición de que soldados
homosexuales pertenezcan a las Fuerzas Armadas, una veda que ha
atizado la "guerra cultural" sobre el tema y que afecta más a las
minorías.

La Cámara de Representantes tiene previsto votar este jueves
mismo una
medida "histórica", respaldada por la Casa Blanca y el Pentágono,
que permitiría que los soldados abiertamente homosexuales puedan
prestar servicio militar.

Esa medida fue promovida por el
demócrata Patrick Murphy, un
veterano de la guerra de Irak, y da al Pentágono el tiempo necesario
para facilitar el levantamiento de la prohibición.

La iniciativa
supedita ese cambio a que el Ejecutivo y el
Pentágono certifiquen primero que esa decisión no afectará las
capacidades de defensa de EE.UU.

El Pentágono tiene que entregar
un análisis sobre la aplicación
de la que sería la nueva política para diciembre próximo.

Mientras,
el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado de EE.UU.
también prevé votar en una sesión a puerta cerrada una medida
similar que promueven el demócrata Carl Levin y el independiente Joe
Lieberman.

Tanto en la Cámara como en el Senado la medida formará
parte de
un proyecto de Ley sobre gastos de defensa.

Bajo una ley de 1993,
conocida en inglés como "Don't ask, don't
tell" (DADT), algo así como "No preguntes y yo no te cuento", los
homosexuales pueden dar servicio militar siempre y cuando no
divulguen su orientación sexual.

De anularse, sería la primera
vez en la historia de EE.UU. que
los soldados abiertamente homosexuales pueden prestar servicio sin
temor a represalias.

También sería la mayor transformación de las
Fuerzas Armadas -que
cuentan con 1,4 millones de soldados en activo- desde que una orden
ejecutiva de 1948 exigió la integración racial de sus filas.

La
ley de 1993 fue concebida como "término medio" entre el
Gobierno del entonces presidente Bill Clinton, que quería levantar
por completo la veda a homosexuales, y quienes lo consideraban
contraproducente.

Sus detractores aseguran que ésta fomentó en
las filas una
cultura de la delación que permitía el despido injusto de un
homosexual.

"Si el Congreso levanta esa prohibición, eso ayudaría
a que las
Fuerzas Armadas no pierdan gente en puestos clave que está altamente
calificada. Eso va a fortalecer la capacidad militar de nuestro
país", dijo Eric Alva, un sargento mexicoamericano que
trabaja con la "Campaña de Derechos Humanos" desde 2006 para revocar
la ley actual.

Alva, un trabajador social ahora jubilado del
Cuerpo de Infantes
de Marina, divulgó que es homosexual en febrero de 2007.

"Los
tiempos han cambiado desde que entró en vigor esa ley. El
país ya eligió al primer presidente negro y la opinión pública ahora
es más favorable a que se permita a las mujeres en papeles de
combate o a los soldados homosexuales en las Fuerzas Armadas",
aseguró Alva, nacido en San Antonio (Texas) de padres mexicanos.

Alva,
de 39 años, fue condecorado con un Corazón Púrpura por su
servicio y recibió una baja médica después de que, el 21 de marzo de
2003, se convirtiera en el primer estadounidense herido en combate
en Irak.

En declaraciones a Efe, Alexander Nicholson, director
ejecutivo
del grupo "Servicemen United", insistió en que, ante los retos que
afronta EE.UU., la ley de 1993 "es anticuada y supone una
restricción innecesaria en las fuerzas armadas".

"La ley obliga a
las autoridades a despedir abruptamente a
cualquier homosexual, sin importar sus aportaciones o cuán
importante sea para la misión encomendada", se quejó.

Según su
grupo, entre 1994 y 2008, un total de 12.982 soldados
han sido dados de baja desde la entrada en vigor de la ley.

Además,
el 45 por ciento de los que fueron retirados en 2008
perteneció a minorías, pese a que éstas conforman el 30 por ciento
de las fuerzas armadas. Las mujeres conformaron el 34 por ciento de
los despedidos, pero totalizan el 14 por ciento del cuerpo militar.

El
senador republicano John McCain, veterano de la guerra de
Vietnam y republicano de mayor rango en el Comité de las Fuerzas
Armadas, ha aconsejado, no obstante, esperar a una "revisión
exhaustiva" antes de dar el siguiente paso.

"Nuestras fuerzas
armadas están involucradas en dos guerras y
necesitamos una verdadera evaluación del impacto de revocar la ley
en la eficacia (militar) sobre el terreno antes de tomar cualquier
acción legislativa", señaló McCain.

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