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Bernanke pide independencia de bancos centrales

El presidente de la Reserva Federal pidió mecanismos que aclaren futuros rescates de las entidades financieras.

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El presidente de
la Reserva Federal, Ben
Bernanke, abogó el miércoles en Tokio por la independencia de los bancos
centrales y pidió mecanismos que aclaren cuál debe ser su papel en
futuros rescates de las entidades financieras.

El jefe de la
principal institución monetaria estadounidense
participó junto con gobernador el Banco de Japón (BOJ), Masaaki
Shirakawa, en la apertura de un ciclo de conferencias en Tokio sobre
el futuro de los bancos centrales en la economía global, que, en su
opinión, viven el "desafío más profundo desde la Gran Depresión".

Bernanke
centró su discurso en la necesidad de que las entidades
emisoras se desvinculen de la visión a corto plazo de los políticos
para garantizar la estabilidad financiera.

"Las interferencias
políticas en asuntos monetarios pueden
generar indeseados ciclos de burbujas y conducir a una economía
menos estable y a una mayor inflación", indicó.

El gobernador de
la Reserva Federal puso como ejemplo al Banco
Central Europeo (BCE), "que ha ayudado a mantener las expectativas
de inflación en la eurozona firmemente ancladas", y recordó que la
tarea de la institución que preside es conseguir la estabilidad de
precios y el empleo sostenible.

Además, Bernanke apoyó el trabajo
del Congreso y el Senado de
Estados Unidos para cerrar la aprobación de la mayor reforma
financiera en el país desde la Gran Depresión, que determinará "cómo
el Gobierno evitará el colapso de grandes instituciones financieras
y el caos en el sistema financiero".

La crisis económica,
iniciada con los problemas asociados a las
"hipotecas basura" en 2008, obligó al Tesoro de Estados Unidos y la
Reserva Federal a acudir al rescate de instituciones financieras
como en el caso de la mayor aseguradora del mundo, AIG.

La
Reserva Federal tuvo que proveer fondos de emergencia por
miles de millones de dólares a bancos como Citigroup o casas de
valores como Goldman Sachs, lo que elevó las críticas sobre el uso
del dinero público en ayuda de las instituciones financieras.

"Cuando
esas reglas se establezcan, cualquiera que sea el papel
de la Fed será delineado por el Congreso y esperamos no volver a
estar implicados en ese tipo de actividades", dijo Bernanke en
referencia a los rescates que tuvo que realizar entre 2008 y 2009.

Asimismo,
el Senado de Estados Unidos aprobó a principios de mes
la realización de una auditoría para determinar cómo se utilizaron
los fondos de emergencia para ayudar a las entidades financieras en
peligro durante la crisis, lo que podría arrojar luz sobre
operaciones polémicas como la asistencia a Goldman Sachs.

Ben
Bernanke recordó que esas actividades supusieron préstamos a
corto plazo al sistema financiero para satisfacer necesidades de
liquidez con la intención de calmar el pánico y aseguró que un banco
central debe ser transparente y responder ante la opinión pública.

En
su discurso, Shirakawa coincidió con la necesidad de
independencia transmitida por Bernanke y consideró que la iniciativa
gubernamental de tomar medidas extraordinarias en tiempos de crisis
puede poner a las instituciones monetarias "en una situación
difícil".

Japón ha sido uno de los países que más medidas de ese
tipo ha
llevado a cabo durante la crisis, debido a que unos tipos de interés
en el 0,1 por ciento no permiten nuevos estímulos, al tiempo que el
Gobierno nipón ha presionado para que ataje el riesgo de deflación y
apuntale el crecimiento.

Por su parte, Ben Bernanke opinó que una
indebida influencia del
Gobierno en esas medidas pueden tener grandes costes y equivaldría a
"otorgar al Ejecutivo la posibilidad de demandar la monetarización
de su deuda, algo que debe evitarse a toda costa".

Sin embargo,
admitió que "las reformas financieras reducen la
posibilidad de una crisis futura" y opinó que los bancos centrales
son "una fuerza de estabilización extremadamente valiosa que se debe
contemplar tan sólo en raras circunstancias".