La empresa
Petróleos Mexicanos (Pemex)
envió a EE.UU. barreras de contención para ayudar a British
Petroleum (BP) a contener el vertido de crudo en el Golfo de México,
que permanece lejos de las costas mexicanas pero que podría llegar a
ellas en unos meses si no se controla.

"El día de ayer Pemex
envió como apoyo a la empresa BP varios
miles de metros de barreras para apoyar en la contención. Obviamente
seguimos nosotros protegidos por el equipo que se requiere para
enfrentar estas contingencias", explicó el director de Pemex
Exploración y Producción (PEP), Carlos Morales Gil.

En una rueda
de prensa donde estuvo acompañado por el secretario
(ministro) mexicano de Marina, Francisco Saynez Mendoza, el
directivo petrolero reconoció que en éste, como en otros accidentes,
hay "incertidumbre" pero también varias opciones para mitigar el
daño.

Para las autoridades mexicanas la prioridad es controlar el
derrame pues "existe la posibilidad" de que con un cambio de
corrientes que se espera entre octubre y febrero la mancha de crudo
se desplace a las aguas mexicanas.

Morales Gil sugirió, sin
conocer todos los detalles técnicos de
la situación, "tratar de colocar un dispositivo basado en válvulas
de cierre que puedan accionarse en el pozo".

Dijo que con una
maniobra de esta naturaleza "pudiéramos estar
pensando en una semana o a lo mejor dos", para controlar la fuga.

La
otra opción que ve es "la perforación de pozos 'de alivio'",
que llegan al mismo punto del que está saliendo el petróleo y
posibilitan extraerlo de manera controlada, algo que puede tardar
hasta "cuatro o cinco meses", apuntó.

Las autoridades recordaron
que la marea negra causada por el
accidente se encuentra a 920 kilómetros al noreste de las costas de
Tamaulipas y 790 al norte de las de Yucatán, muy lejos de México.

Sin
embargo, hay preocupación por el posible efecto que pudiera
haber a más largo plazo ya que entonces el vertido podría acercarse
traído por las corrientes que de octubre a febrero discurren de
norte a sur por las zonas de costa.

El almirante Francisco Saynez
insistió en que lo adecuado ahora
es mantener la coordinación entre personal de la Marina en Tampico
con los responsables del XI Distrito del Servicio de Guardacostas
estadounidense.

Agregó que "no es práctico poner barreras en este
momento" en
algún punto del litoral mexicano porque la marea negra sigue muy
lejos de México

En la misma rueda de prensa participó también el
titular de la
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
(Conabio), José Sarukhán, quien pidió "estar atentos" al impacto que
pueda haber en las aves y la fauna del Golfo de México.

En
particular se mostró partidario de vigilar ya a "mamíferos,
reptiles que se mueven en el mar y emigran a costas mexicanas, así
como a algunos cetáceos" de la zona.

Sobre todo demandó seguir de
cerca la situación de cinco especies
de tortuga (blanca, caguama, carey, lora y laúd), especialmente las
dos últimas, que "ya se encuentran anidando y arribando a las costas
de Tamaulipas".

En relación a cómo pueda afectar al movimiento
del crudo la
proximidad de la temporada de huracanes en la cuenca del Atlántico,
que incluye el Golfo de México, dijo que todo dependerá de la
trayectoria de los ciclones.

Señaló que no es necesario uno de
gran magnitud para agravar la
situación ya que "con una tormenta tropical" que tenga olas de "dos
metros" de altura la mancha "va a llegar a montarse a la costa de
Estados Unidos de una manera muy importante".

Finalmente, el
científico fue enfático al afirmar que en
cualquier caso el desastre se debe contextualizar porque en el Golfo
de México, por la costa de EE.UU., existe ya una "zona muerta" de
unos 15.000 kilómetros cuadrados, "15 veces mayor" a la mancha del
crudo, que se ha generado por el vertido de residuos químicos que
llegan al mar a través del Mississipi, lo que ha acabado ya con
buena parte de la fauna marina de la zona.