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Chinchilla, la décima jefe de Estado de América

Laura Chinchilla se posesionará el sábado como la nueva mandataria de los costarricenses.

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El selecto club de las mujeres al
mando de
sus respectivos países abrirá sus puertas a la costarricense Laura
Chinchilla, que se convertirá el sábado en la décima mujer que llega a
la jefatura de Estado en América.

Chinchilla, una politóloga
socialdemócrata de 51 años, casada y
con un hijo, ha sido consultora internacional y diputada y ha pasado
por todos los escalones del poder (viceministra, ministra y
vicepresidenta) hasta llegar a la Presidencia, en la que sucede a
Oscar Arias, Premio Nobel de la Paz.

En todo el mundo son una
veintena las mujeres que actualmente
tienen posiciones de primer nivel en sus países, desde las reinas de
Inglaterra, Holanda y Dinamarca, pasando por la canciller alemana,
Angela Merkel, la primera ministra croata, Jadranka Kosor, y la
presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, entre otras.

Al
menos por algún tiempo, Chinchilla solo tendrá de compañera en
América a la presidenta Cristina Fernández, de Argentina, la mujer
más poderosa del ámbito hispano, según la revista Forbes.

Las tres candidatas
presidenciales que hay en estos momentos en
América, la colombiana Noemí Sanín, del Partido Conservador, y las
brasileñas Dilma Rouseff, del Partido de los Trabajadores, y Marina
Silva, del Partido Verde, no figuran como favoritas en las encuestas
para las elecciones del 30 de mayo y el 3 de octubre,
respectivamente.

La que tiene más posibilidades es Rouseff, a la
que el presidente
Luiz Inázio Lula da Silva apoya, y demasiado según la oposición, que
ha presentado varias denuncias por hacer campaña a favor de ella, y
que está siete puntos por detrás del gobernador de Sao Paulo, el
opositor José Serra.

El tópico de que las mujeres no son las
mejores amigas de las
mujeres, y menos las que han tenido que pelear duro por llegar a
puestos de responsabilidad, no vale para Chinchilla.

La futura
presidenta de Costa Rica tendrá casi un 50% de mujeres
en su gabinete ministerial y en áreas claves como Agricultura,
Economía, Comercio Exterior, Trabajo, Vivienda, Planificación,
Ciencia y Tecnología, Salud y Deportes.

En una entrevista con Efe
en febrero pasado, Chinchilla dijo que
"la pobreza tiene cara de mujer" en América Latina y se comprometió
a llevar la mejora en las condiciones de vida de este grupo
poblacional a la mesa de discusión de las próximas cumbres
regionales.

Sobre su llegada a la presidencia de Costa Rica,
aseguró que en
su país "de forma paulatina" las mujeres han ido ganando
protagonismo por lo que "parece que el paso natural era que una
mujer llegara a la presidencia del país".

La ex jefa de Estado de
Chile, Michelle Bachelet, que llegó a
tener un 80% de popularidad, sostuvo en una conferencia en Buenos
Aires en 2008 que "ser presidenta mujer es mucho más que usar una
falda".

El avance femenino en la política obedece a "un cambio
cultural
que recién comienza", subrayó Bachelet, quien consideraba cuando
estaba en el cargo que su presencia y la de Cristina Fernández en
las Presidencias de sus respectivos países eran "toda una
excepción".

A lo largo de la historia de América ha habido diez
"excepciones"
contando con Chinchilla, Fernández y Bachelet.

La primera jefa de
Estado americana fue la argentina María Estela
Martínez, "Isabelita", quien asumió la presidencia en 1974, tras
enviudar del tres veces presidente Juan Domingo Perón.

No fue
elegida presidenta en las urnas, pero sí vicepresidenta,
pues fue compañera de fórmula de su esposo en las elecciones de 1973
y la Constitución establecía que como tal le debía suceder.

Fue
derrocada por el golpe de estado de marzo de 1976, lo mismo
que le ocurrió a la segunda presidenta americana, la boliviana Lidia
Gueiler, quien accedió a la jefatura de Estado desde la presidencia
de la Cámara de Diputados en 1979 y solo ocho meses después fue
víctima de un golpe de Estado y obligada al exilio.

La haitiana
Ertha Pascal-Trouillot, tercera de la lista, era
jueza suprema cuando los militares que habían dado un golpe de
Estado le entregaron la Presidencia en 1990 con el fin de que
convocara elecciones, lo que hizo ese mismo año y once meses después
de haber sido designada traspasó el poder a Jean Bertrand Aristide.

La
nicaragüense Violeta Chamorro llegó a la Jefatura de Estado en
1990 tras derrotar en las urnas, con un 54,7 % de los votos, al
sandinista Daniel Ortega, hoy presidente de Nicaragua.

Rosalía
Arteaga gobernó Ecuador por 48 horas en febrero de 1997,
tras el derrocamiento de Abdalá Bucaram, de quien era vicepresidenta
y tras ser nombrada jefa de Estado "temporal".

Como "Isabelita"
Martínez y la también argentina Cristina
Fernández de Kirchner, la guayanesa Janet Jagan, presidenta de 1997
a 1999, fue primera dama antes que jefa del Estado.

La panameña
Mireya Moscoso, viuda de Arnulfo Arias Madrid, quien
antes de casarse con ella había sido presidente del país en tres
ocasiones, gobernó de 1999 a 2004.

"Las mujeres pueden vencer".
Ese fue el consejo de la ex
candidata presidencial francesa Ségolène Royal, derrotada por
Nicolas Sarkozy en 2007, a la aspirante brasileña Dilma Rousseff.

 

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