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Las Damas de Blanco volvieron a marchar

El Gobierno de Cuba permitió a las familiares de opositores encarcelados desde 2003 reanudar sus marchas dominicales.

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El Gobierno de Cuba permitió el domingo a las
Damas de Blanco, familiares de opositores encarcelados en 2003,
reanudar sus marchas dominicales gracias a la mediación de la
Iglesia católica y tras semanas de hostigamientos contra el grupo.

El
arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, reveló sus gestiones
ante las autoridades de la isla para encontrar una solución a los
actos de acoso ("de repudio" los denominan en Cuba) que han impedido
a las Damas de Blanco celebrar sus habituales desfiles dominicales
en las últimas semanas.

Fruto de esa mediación, el Gobierno del
general Raúl Castro ha
permitido que el grupo vuelva a celebrar sus marchas pacíficas por
la habanera Quinta Avenida sin que haya "dificultades", al menos
durante todo el mes de mayo.

Como hacen desde hace siete años,
las Damas de Blanco y algunas
seguidoras denominadas "damas de apoyo" -en total doce mujeres-
recorrieron el domingo en silencio y sin incidentes un tramo de la Quinta
Avenida tras asistir a misa en la Iglesia de Santa Rita, en esta
ocasión oficiada por el propio arzobispo.

Al salir de la iglesia
acompañaba a las mujeres -aunque no
desfiló con ellas- la disidente Marta Beatriz Roque, la única mujer
del grupo de los 75 opositores condenados en 2003 en juicios
sumarísimos y que fue excarcelada por motivos de salud en 2004.

Laura
Pollán, líder de las Damas de Blanco, calificó de "pequeña
victoria" la reanudación de sus marchas, aunque solo se sienten
satisfechas "a medias".

"La mayor satisfacción nuestra será el
día en que nuestros
familiares estén en libertad", dijo Pollán.

El gesto del Gobierno
de Raúl Castro fue interpretado por el
cardenal Ortega como "un paso distinto" y "un poco novedoso", si
bien el prelado no quiso valorar si se trata de "flexibilización".

La
mediación de la jerarquía católica en el caso de las Damas de
Blanco llega precedida por el pronunciamiento de Ortega, en una
entrevista difundida el 19 de abril, sobre la libertad de los presos
políticos o el diálogo con Estados Unidos entre otros.

Sobre la
reanudación de los desfiles de las Damas de Blanco se
pronunció hoy el disidente Guillermo Fariñas, en huelga de hambre
desde hace más de dos meses para pedir la excarcelación de presos
enfermos, quien ve una "señal alentadora" en el gesto del Gobierno,
según declaró a Efe.

Por su parte, el portavoz de la opositora
Comisión Cubana de
Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo
Sánchez, calificó de "muy notable" la gestión del cardenal Ortega,
pero opinó que el Gobierno "pone por delante sus intereses políticos
más que cualquier otra consideración".

A su juicio, con esta
decisión, el Gobierno cubano
"estaría
renunciando a los actos de barbarie que organizó contra estas
mujeres indefensas, debido a su alto costo político" por el rechazo
que ha provocado en la opinión pública internacional.

Fuentes
diplomáticas europeas calificaron la
decisión del Gobierno de "paso importante" y de "gesto claro de
distensión tras semanas de crisis".

También valoraron la gestión
de la Iglesia cubana en este caso,
porque demuestra que es la "vía del diálogo, el respeto y la
negociación" la que da resultados.

Desde 2003, Las Damas de
Blanco, que se identifican por vestir de
este color como símbolo de paz, realizan reuniones, protestas y
marchas en las calles de La Habana con gladiolos en las manos para
reclamar la liberación de sus familiares, condenados a penas de
hasta 28 años de cárcel.

Los actos de acoso por parte de
seguidores del Gobierno contra el
grupo se han intensificado desde el pasado marzo, cuando
conmemoraron con marchas diarias durante una semana el séptimo
aniversario del encarcelamiento de 75 disidentes en la llamada
Primavera Negra en 2003.