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Carlos Carrascosa demanda al Estado argentino

El condenado a cadena perpetua por el asesinato de su esposa, acudió al CIDH porque asegura que se le violaron sus derechos procesales.

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Carlos Carrascosa, protagonista de uno
de los casos judiciales más polémicos y sonados de los últimos años
en Argentina, demandó al Estado de
su país ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La
demanda, presentada el pasado 8 de febrero y comunicada por
esas fechas por su abogado a las autoridades judiciales argentinas,
está registrada con el número P-162-10 en la CIDH, que aún debe
decidir si la admite a trámite.

Carrascosa, que en 2009 fue
condenado por una corte de casación a
prisión perpetua por el homicidio de su esposa, después de haber
recibido una condena por encubrimiento por el mismo hecho en 2007,
alega que muchos de los derechos y garantías del "debido proceso
legal" contemplados en la Carta Interamericana han sido violados en
su caso.

El único condenado por el homicidio de María Marta
García
Belsunce, que aguarda en prisión el resultado de un recurso
presentado ante la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires,
dice que se vulneraron sus derechos en lo que tiene que ver con la
presunción de inocencia, la libertad personal, el proceso público,
la impugnación del fallo condenatorio y el requisito de
independencia e imparcialidad exigido al tribunal, entre otros.

"La
actuación de la justicia argentina
en este caso ha sido
definitivamente mala", sostuvo en una conversación telefónica el abogado de Carrascosa, Fernando Díaz Cantón.

Los dardos de
la demanda apuntan principalmente a la Cámara de
Casación de la provincia de Buenos Aires y al fiscal Diego Molina
Pico, al que se acusa de haber utilizado los medios de comunicación
para volcar a la opinión pública contra Carrascosa y de ese modo
presionar a los jueces.

El crimen de María Marta García Belsunce,
registrado en octubre
de 2002 en su casa del selecto "country" Carmel, en las afueras de
Buenos Aires, sigue siendo un misterio, pese a la condena de su
viudo.

Está demostrado que García Belsunce, hallada muerta por su
esposo
y una masajista en la bañera de la casa, fue atacada por varias
personas y recibió cinco balazos en la cabeza, pero poco más.

En
un principio el caso se presentó como una muerte accidental.

La
autopsia se realizó un mes después de su muerte y muchas de
las pruebas de los peritos también tuvieron lugar con mucho retraso.
Hasta hoy no se ha hallado el arma homicida y ninguna de las manchas
de sangre que quedaron en el lugar del crimen, que indican la
presencia de varias personas no identificadas, corresponden al condenado.

La demanda es un relato en primera persona de
Carrascosa, de 66
años, quien acusa a Molina Pico de "tergiversar pruebas" y "ensayar
conjeturas" sobre el supuesto móvil del crimen y hace seis
peticiones a la CIDH, empezando por la de declarar admisible la
demanda.

También le pide que "oportunamente" declare que el
Estado
argentino violó los derechos consagrados en cincos artículos de la
Carta Interamericana, y que "ordene cesar las violaciones de los
derechos humanos" y reparar los derechos conculcados.

También, y
"en consecuencia", reclama que se ordene
"inmediatamente" su libertad, la anulación de la sentencia
condenatoria y la absolución de culpa y cargo, así como "una
adecuada reparación económica por los daños y perjuicios sufridos".

En
la demanda, Carrascosa menciona que Molina Pico llegó a
sembrar la sospecha de que él tenía vínculos con el cartel de Juárez
a partir de un anónimo que dijo haber recibido.

Tal hipótesis,
luego retirada por el propio fiscal, dejó "su
huella indeleble en la opinión pública, a la que los jueces
argentinos no son para nada indiferentes", señala el demandante.

Las
acusaciones contra el fiscal se refieren además a cuestiones
de procedimiento, como el hecho de que al final del juicio
mantuviera dos hipótesis alternativas: que Carrascosa fue el
homicida y al mismo tiempo el encubridor del homicida.

Finalmente,
el tribunal del juicio oral, con el voto en contra de
uno de los tres jueces, que defendía la absolución, condenó a
Carrascosa como encubridor, pero el fiscal presentó un recurso a la
cámara de casación, que tiene como función velar porque no haya
errores en la aplicación del derecho.

La cámara acabó condenando a
prisión perpetua al viudo de García
Belsunce como homicida con el agravante del vínculo matrimonial.

"Esperamos
que ésto (la demanda) sea un acicate para hacer las
cosas bien. Argentina siempre suele
respetar los criterios de los
organismos internacionales", dijo el abogado.

Díaz Cantón
manifestó su confianza en que "la gravedad y la
índole" de las denuncias incluidas en la demanda lleven a Argentina
a buscar una solución amistosa en el marco de la Comisión.

"Carrascosa
tiene 66 años y no tiene mucho tiempo para esperar",
subrayó.

 

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