Durante años las cifras del crimen han bajado en Arizona, pese a la
presencia de inmigrantes y a los argumentos de anti-inmigrantes para
fomentar  leyes como la 1070, que convierte en delito ser indocumentado
en el estado.

Los crímenes en ese estados bajaron de 512 a 447 por 100 mil personas entre  2005 y 2008, según estadísticas del Departamento de Justicia. Además, entre 1999 y 2006 las tasas de criminalidad bajaron 13,6 por ciento en 19 de los estados con mayor inmigración del país, entre ellos Arizona, comparado con una baja de 7,1 por ciento en otros 32 estados, según la organización conservadora Americas Majority Foundation.

Por el contrario, es menos probable que los inmigrantes comentan crímenes o estén tras las rejas que los nacidos en Estados Unidos, según el Centro de Política Migratoria (IPC, por su sigla en ingles).

Incluso, en cuanto a secuestros, las autoridades indican que la mayoría de ellos involucra a traficantes de droga y personas, como también de inmigrantes mismos, no a la población en general del estado.

Estados con la mayor inmigración tienen la más baja tasas de crímenes, mientras que los inmigrantes indocumentados no están asociados con las más altas tasas de crimen.

Lea datos sobre crimen del Immigration Policy Center (IPC)