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Gobierno pierde confianza de estadounidenses

Cerca del 80 por ciento de los ciudadanos no confian en la capacidad de Obama para resolver los problemas del país.

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Cerca del 80 por ciento de los
estadounidenses ha perdido la confianza
en el Gobierno y pocos creen
que pueda resolver los problemas del país, en lo que constituye el
nivel más bajo de confianza popular
en medio siglo, según una
encuesta divulgada el domingo por el Centro de Investigación Pew.

Sólo
un 22 por ciento dijo que puede confiar en el Gobierno "casi
siempre o la mayoría de las veces", uno de los niveles más bajos en
medio siglo, mientras que sólo un 19 por ciento se manifestó
"básicamente contento" con el Gobierno federal, mucho menos que hace
una década.

La encuesta encontró que en EEUU existe una "tormenta
perfecta"
de condiciones asociadas con la falta de confianza
en el Gobierno:
una economía debilitada, un gran descontento popular, agrias
disputas partidistas y "descontento épico" con el Congreso y los
líderes políticos.

"En vez de un gobierno activista que se
encargue de los problemas
principales de la nación, el público ahora quiere un Gobierno
reformado, y un creciente número de personas quiere que se le
reduzca su poder", explicó el Centro en un análisis de 140 páginas.

Salvo
el apoyo a una mayor regulación del sistema financiero -que
estudia en estos momentos el Senado de EEUU-, "ahora hay menos
apetito para soluciones gubernamentales a los problemas de la
nación, incluyendo un mayor control del Gobierno sobre la economía-
que cuando Barack Obama asumió el poder", agregó.

Según los
investigadores, la hostilidad de la opinión pública
hacia el Gobierno "parece que será un asunto electoral importante
que favorece a los republicanos" de cara a los comicios legislativos
del próximo 2 de noviembre.

Pero, según el Centro, los demócratas
pueden consolarse con el
hecho de que, en realidad, ninguno de los dos partidos puede
confiarse de que lleva la delantera entre un electorado
"desilusionado", porque las dos agrupaciones han sufrido una caída
de popularidad, al igual que los congresistas.

Sin embargo, los
investigadores consideraron que el movimiento
conservador "Tea Party", compuesto por un pequeño pero ferviente
grupo de militantes en contra del Gobierno, podría tener un efecto
impredecible para el Partido Republicano.

Eso se debe a que el
voto de los activistas del "Tea Party" no
está necesariamente garantizado para el Partido Republicano: aunque
la mayoría de sus miembros se identifica con los republicanos muchos
piensan que éstos no los representan bien.

El análisis del
Centro, que repasa las actitudes de la opinión
pública entre 1958 y 2010, indicó que el 40 por ciento del público
cree que el Gobierno federal debe mantener sus diversos programas,
mientras que el 47 por ciento favorece un recorte para así reducir
también el poder del Gobierno.

Agregó que el deseo de reducir el
papel del Gobierno se ha hecho
particularmente claro desde que el presidente Barack Obama asumió el
poder. Casi la mitad prefiere un menor papel para el Gobierno, con
menores servicios, en comparación con cerca del 40 por ciento que
quiere una mayor intervención del Estado.

La encuesta fue
revelada en unos momentos en que el Senado
estudia un amplio paquete de reformas del sector financiero que, tal
como ocurrió con el debate y votación de la reforma de salud,
también afronta un clima hostil y partidista en el Congreso.