Más de cien indígenas del pueblo
Embera
están confinados hace tres días en una escuela rural del
departamento colombiano del Chocó (oeste) por combates entre el
Ejército y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN),
denunciaron fuentes de una organización aborigen.

"Desde
el miércoles, cuando llevaban el almuerzo a sus esposos,
que trabajan en agricultura, decenas de mujeres fueron sorprendidas
por combates y tuvieron que buscar refugio", dijo una portavoz de la
Asociación de Cabildos Indígenas Embera, Wounaan, Katío, Chamí y
Tule (Orewa).

A las mujeres se unieron sus maridos y juntos
buscaron refugio en
una escuela rural en jurisdicción de la localidad de Carmen de
Atrato, precisó la fuente por teléfono desde Quibdó, capital
del Chocó.

Tanto los rebeldes del ELN como las Fuerzas Militares
han enviado
advertencias al centenar de personas confinadas en la escuela,
añadió la portavoz.

La fuente lamentó que el Ejército no respete
una circular del
ministerio del Interior y de Justicia que establece que no se pueden
hacer operaciones militares en zonas de riesgo de las comunidades
indígenas.

Las Fuerzas Armadas explicaron a la Defensoría del
Pueblo en el
Chocó que las tropas "respondieron el fuego", añadió la portavoz de
Orewa, y señaló que las comunidades indígenas en esa región padecen
desde hace años la presencia y el hostigamiento "tanto de grupos
ilegales como legales" en los territorios aborígenes.

Distintas
autoridades nativas en el departamento han pedido con
carácter de urgencia a organizaciones como Acción Social (entidad
oficial de asistencia humanitaria) que hagan llegar alimentos y
artículos básicos a los confinados.

La misma fuente, quien clamó
para que cesen los enfrentamientos
en los territorios indígenas, agregó que los indígenas se encuentran
en condiciones de hacinamiento.

El consejero de la comunidad
afectada, Jorge Luis Queragama, por
su parte, advirtió de que se pueden registrar desplazamientos
masivos hacia las cabeceras municipales.

"Cada vez los ataques a
los pueblos indígenas son más sangrientos
y frecuentes, aterrorizando y obligando al desplazamiento y
desarraigo de sus formas de vida. Hacemos un llamado urgente para
que cesen los hostigamientos, ataques y violaciones, y para que se
respete la vida", puntualizó Queragama.