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Obama y Medvédev firman nuevo acuerdo START

Los presidentes de EEUU y de Rusia, Dmitri Medvédev, firmaron en Praga el tratado de desarme nuclear.

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Los presidentes
de EEUU, Barack Obama, y de
Rusia, Dmitri Medvédev, firmaron este jueves en Praga el tratado Nuevo START
de desarme nuclear, que afianza las relaciones entre los dos países
y supone un paso adelante contra la proliferación atómica.

Con
más de media hora de retraso sobre el horario previsto, los
dos presidentes depositaron entre sonrisas sus firmas en las
distintas secciones y tomos del acuerdo, que sellaron con un apretón
de manos en la ornada Sala Española del Castillo de Praga.

El
acuerdo, fruto de un año de arduas negociaciones y que limita
a 1.550 las cabezas nucleares por país, representa el fin de la
"separación" de los últimos años en las relaciones bilaterales,
aseguró el presidente estadounidense, que indicó que en el futuro
habrá aún mayores recortes en el armamento de ambos países.

En
ese contexto, la Casa Blanca anunció una visita de Medvédev a
Washington este verano, como prueba de la distensión en las
relaciones.

El presidente ruso, por su parte, advirtió que no
todo será un
lecho de rosas en el futuro. El mayor escollo, a juicio de Moscú,
son los planes estadounidenses sobre defensa antimisiles, en
particular el escudo que sustituirá al descartado el año pasado en
Europa del Este.

Rusia ha incluido una declaración que advierte
que el tratado
sólo será viable "si no hay aumento, ni desde el punto de cantidad
ni de calidad, de la capacidad de las sistemas de defensas
antimisiles de EEUU".

"Estamos interesados en cooperar con
nuestros socios
estadounidenses en este asunto tan de cerca como sea posible",
indicó Medvédev, quien agregó que "hemos propuesto a EEUU nuestros
servicios en el establecimiento de un sistema de defensa antimisiles
global. Necesitamos meditarlo".

Por su parte, el presidente
estadounidense, cuyo país ha quitado
hierro a la declaración al asegurar que es "habitual" que los países
incluyan salvaguardas unilaterales en este tipo de tratados, indicó
que ambos países han acordado mantener un diálogo sobre la defensa
antimisiles.

EEUU asegura que sus proyectos no representan
ninguna amenaza
contra Rusia.

En su rueda de prensa conjunta tras la firma, el
presidente
estadounidense se mostró mucho menos conciliador con el programa
nuclear iraní.

Obama indicó que "es mi expectativa que
obtendremos sanciones
firmes y duras esta primavera" en el Consejo de Seguridad de la ONU
contra Irán.

"No toleraremos actos que puedan desatar una carrera
de armamento
en una región vital y amenacen la credibilidad de la comunidad
internacional y nuestra seguridad colectiva", afirmó el presidente
estadounidense.

Por su parte, Medvédev se mostró favorable a la
imposición de
sanciones "inteligentes" y que induzcan "el comportamiento
apropiado" por parte de iraní.

El acuerdo suscrito hoy y que
reemplaza al START de 1991, que
expiró el pasado diciembre, además de recortar a 1.550 las cabezas
nucleares respectivas, limita a 800 el número de vectores para su
lanzamiento.

Asimismo, limita para cada parte a 700 el número de
misiles
balísticos intercontinentales, misiles balísticos estratégicos en
submarinos y aviones bombarderos estratégicos equipados con
armamento nuclear.

Su entrada en vigor requiere la ratificación
de los Legislativos
de ambos países, algo que puede tardar aún meses.

En este
sentido, Obama expresó su optimismo en que el Senado
estadounidense, donde es necesario el sí de dos tercios de la
Cámara, dé su visto bueno para antes de final de este año.

La
firma se produce casi exactamente un año después de que Obama
pronunció, también en Praga, un discurso en el que propuso un mundo
futuro sin armas nucleares.

El acuerdo de hoy, entre los dos
países que controlan el 90 por
ciento de las armas nucleares que se calcula que existen en el
mundo, representa un primer paso hacia esa meta y Washington
considera que le dará fuerza moral para exigir a otros países que
cumplan su parte en la lucha contra la proliferación.

Obama
encabezará la semana próxima una cumbre sobre seguridad
nuclear en Washington en la que participarán 47 países.

El
presidente estadounidense aspira a lograr entonces compromisos
concretos para garantizar la seguridad de todos los materiales
nucleares en el mundo en el plazo de cuatro años.