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Renovación de las relaciones entre EE.UU-Rusia

La firma del tratado de reducción de armamento nuclear sellará un paso adelante de las dos potencias tras el distanciamiento de los últimos años.  

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La firma del tratado de reducción de
armamento nuclear mañana, jueves, entre Estados Unidos y Rusia en
Praga sellará un paso adelante en la renovación de las relaciones
entre las dos potencias tras el distanciamiento de los últimos años.

El presidente estadounidense, Barack Obama, que tiene prevista su
llegada a la capital checa en torno a las 9.30 horas locales (08.30
GMT), mantendrá antes de la firma del tratado en el castillo de
Praga una reunión bilateral de una hora y media con su par ruso,
Dmitri Medvédev.

También tienen previsto ofrecer una rueda de prensa conjunta tras
la firma del nuevo tratado START II, que tendrá una vigencia de diez
años y limitará a 1.500 las cabezas nucleares de que podrá disponer
cada país y a 800 los vectores para lanzarlas.

Los dos presidentes, a todas luces, mantienen una buena química
personal. Obama, que ha hecho del deshielo de las relaciones con
Moscú una de sus prioridades en política exterior, parece "conectar"
mejor con Medvédev, un líder con experiencia en la empresa privada e
interesado en la tecnología, que con el primer ministro, Vladímir
Putin.

En su reunión del jueves, tendrán mucho de que hablar.

El asunto principal, no obstante, será a todas luces Irán y su
programa nuclear. Obama intentará presionar a Medvédev para que
apoye la imposición de nuevas sanciones contra el régimen de Teherán
en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Según Andrew Kuchins, del Centro de Estudios Estratégicos
Internacionales (CSIS), "la estrategia de la Administración Obama ha
sido intentar convencer a los rusos de que probablemente les
conviene tener una relación mejor con Washington que con Teherán, si
tienen en cuenta sus intereses".

Hasta ahora, tanto Moscú como Pekín se han mostrado renuentes a
imponer nuevas sanciones contra el régimen de Mahmud Ahmadineyad, si
bien Rusia parece más cercana a las posiciones occidentales que
China.

Un gesto por parte de Moscú sería muy bienvenido en Washington de
cara a la bilateral que mantendrán Obama y el presidente chino, Hu
Jintao, la semana próxima durante la cumbre de seguridad nuclear que
se celebrará en Washington.

"Será importante conseguir algo cercano a un acuerdo con los
rusos acerca del lenguaje en las áreas de las sanciones antes de
negociar con los chinos la semana que viene", opinó Kuchins.

Pero aunque en asuntos estratégicos como el programa nuclear
iraní, la guerra en Afganistán o la lucha contra la proliferación
Moscú está más cercano a las posiciones de EEUU que Pekín, la
relación entre los dos rivales de la Guerra Fría dista mucho aún de
ser un lecho de rosas.

Un asunto espinoso entre ambos es aún la defensa antimisiles.
Obama canceló el año pasado los planes de la Administración anterior
para desarrollar un escudo de defensa antimisiles en Europa del
Este, que Moscú veía como una amenaza contra su territorio.

En su lugar, EEUU desarrolla un nuevo proyecto, para el que
Rumanía y Bulgaria ya han expresado un interés en ceder su
territorio.

El martes, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, aseguró
que Rusia se reservaría el derecho de retirarse del nuevo tratado
START si consideraba que los planes estadounidenses sobre defensa
antimisiles representaban una amenaza para Moscú.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, envió entonces un
mensaje de tranquilidad en este sentido a Moscú y aseguró que su
Gobierno conversará y trabajará con el de Rusia para encontrar
"terreno común" en torno a la defensa antimisiles.

El nuevo acuerdo incluye una cláusula para denunciarlo, que es
habitual en este tipo de pactos sobre el control de armas.

Sin embargo, Moscú quiere emitir una declaración en la que conste
explícitamente que se reserva el derecho de abandonar el nuevo START
si EEUU se dota de sistemas antimisiles que pongan en entredicho el
arsenal estratégico ruso y puedan considerarse como una amenaza para
su seguridad.