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Enfermos mentales detenidos

Muchos inmigrantes detenidos están demasiado enfermos mentalmente o discapacitados mentalmente para comprender nada.

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Muchos inmigrantes detenidos están demasiado enfermos mentalmente o discapacitados mentalmente para comprender nada.

A menudo, se ha llevado a los detenidos, aprehendidos en su mayor parte en Nueva York y otras ciudades del noreste, directamente de hospitales mentales a Texas, sin medicamentos ni historias clínicas, alejados de familiares y trabajadores de salud mental que los conocen. Es rutinario que los jueces de inmigración y funcionarios de deportaciones hagan caso omiso de su incompetencia mental porque están bajo presión para llevar un creciente número de casos en determinado lapso y cumplir con las cuotas gubernamentales.

Estas son las conclusiones de la revisión durante un año de la forma en la que el sistema de detención de inmigración del país maneja a los mentalmente discapacitados en Texas, donde el Gobierno mantiene encerrados a 29% de todos los detenidos mientras trata de deportarlos. La investigación, realizada por Texas Appleseed, un centro jurídico de interés público, y Akin Gump, un bufete de abogados corporativos, documenta el mal trato en cada etapa del proceso.

Entre los muchos ejemplos del informe de 88 páginas, está el de un residente permanente legal de 50 años con esquizofrenia que vivió en la Ciudad de Nueva York desde 1974. En noviembre, un tribunal penal neoyorquino lo declaró incompetente para ser sujeto de un juicio por entrar sin autorización a una propiedad privada y le ordenaron cumplir 90 días en una institución mental. En cambio, lo transfirieron al Centro Regional de Detención del condado de Willacy, en el sur de Texas, para ser deportado sin asesoría jurídica; tan repentinamente, dice el informe, que su familia y abogado no se enteraron de lo que pasó.

No le dieron medicamentos durante semanas en el Centro, y en marzo, lo deportaron a la República Dominicana. “Mi madre está devastada”, dijo su hermana Janet Jiménez el domingo. “Dice que morirá en las calles”.

“Soy ciudadana estadounidense desde hace muchos, muchos años”, agregó Jiménez. “Si tenemos un sistema jurídico y el sistema jurídico falló que eres incompetente y te deberían llevar a un hospital mental, ¿por qué te llevan a Texas y te deportan?”.

El Departamento de Inmigración y Aduanas (ICE), dice el informe, rutinariamente ignora su autoridad discrecional para dejar a dichos detenidos en entornos comunitarios en lugar de encerrarlos, con enorme costo, en cárceles distantes donde se pueden deteriorar rápidamente.

Un memorando gubernamental reciente muestra que los agentes están bajo presión intensa para incrementar las detenciones y deportaciones. James Chaparro, el jefe de operaciones de detención y remoción del Gobierno de Obama, felicita en el memorando a los agentes por alcanzar el objetivo de la dependencia de “150,000 remociones de delincuentes extranjeros” en el año que terminó el 30 de septiembre. Sin embargo, Chaparro los exhorta a superar un déficit en el de 400,000 deportaciones con un uso máximo de los espacios de detención, incluidos 3,000 más este año.

A pesar de la promesa gubernamental de centrar los recursos en la detención y deportación de los criminales más peligrosos, en el memo del 22 de febrero, publicado en línea el sábado por The Washington Post, se instruye a los agentes a intensificar el ritmo de las deportaciones deteniendo a más personas sospechosas de ser residentes no autorizados. Es típico que se pueda deportar a esos inmigrantes ilegales con más rapidez que a los legales con sentencias penales.

Ann Baddour, quien dirigió la investigación, no estuvo de acuerdo. “Establecer este tipo de cuotas sólo alienta el proceso de detener personas y alejarlas de su infraestructura”, señaló. “Cuando llevas a una persona mentalmente enferma de Nueva York al campo de Texas, básicamente la estás ubicando para una deportación casi segura”.

El informe detalla varias liberaciones parecidas: una esquizofrénica que sólo habla ruso, a la que dejaron en una zona peligrosa a la una de la mañana; un hombre perdido una semana cuando regresaba de Texas a Maryland para estar con su familia; un hombre con trastorno delirante a quien deportaron cuatro días antes de lo planeado, aunque sus padres habían arreglado su partida voluntaria a México, donde su madre lo recogería.

Aún no se encuentra al hombre dos años después, aunque un cadáver que corresponde a su descripción está en una morgue en México.

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