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"Lost Souls", una mirada particular a la deportación

En este documental, Mónika Navarro explora las aristas de la deportación de residentes legales.  

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La trágica historia de Gino y Augie,
dos hermanos ex infantes de Marina de EEUU, residentes legales en el
país y deportados a México por distintos motivos, es el tema central
del documental "Lost Souls", de la joven Mónika Navarro.

La obra,
que se emite el 23 de marzo por la noche a través de los
distintos canales locales de PBS, detalla el viaje de Navarro desde
las tierras del sur de California, donde su familia ha vivido
durante más de cuatro décadas, hasta Guadalajara (México) y las
localidades próximas a la frontera, para arrojar luz sobre una
tragedia que sufren decenas de miles de personas cada año.

"Es
una valiente búsqueda por la dignidad humana que se anima a
hacer las preguntas acerca de la inmigración que nadie se atreve",
dijo sobre el documental Josefina López, coguionista del filme "Real
Women Have Curves" (2002), la cinta que dio a conocer a la actriz de
origen hondureño América Ferrera.

Navarro descubrió que su tío
Gino, adicto a la heroína, había
pasado gran parte de su edad adulta encarcelado y que, en libertad
condicional, robó un banco. Augie, su hermano, en cambio fue
deportado por posesión e intento de vender cocaína.

Gino fue
expulsado del país en 1999 y murió en Tijuana como otro
"John Doe" (cuerpo sin identificar). Dos meses después le tocó a
Augie, que logró sobrevivir a duras penas en un país que no
consideraba su hogar.

"Hice este documental porque las
discusiones políticas en torno a
la inmigración eran muy superficiales", dijo Navarro,
quien empezó el rodaje en 2000. "Las leyes son muy estrictas y no
permiten revisar casos individuales, ni siquiera para gente que,
como mis tíos, estaban dispuestos a morir por este país", añadió.

Así
nació "Lost Souls", aunque su título en español, "Ánimas
perdidas", convence más a Navarro. "Esas palabras hablan de muertos
olvidados, y en inglés su significado se asocia más a las personas
con vida", explicó.

La directora, a través de la óptica de su
propia familia
méxico-estadounidense, se pregunta qué es la identidad nacional y
expone las vidas de los afectados tras la deportación, a uno y otro
lado.

"La desaparición de mi tío Gerardo (Gino) fue el
catalizador de
esta historia. Me puse manos a la obra cuando tenía 21 años y sentí
que debía seguir el transcurso de los acontecimientos. Acabé de
rodar en 2008", comentó Navarro, para quien el hecho de que su
propia familia fuera la protagonista no resultó un obstáculo.

"Hubo
muchos momentos increíblemente duros, pero se trataba de
una época dolorosa que hizo que pudiera sentarme con mi familia y
conocer sus vidas. Quise contar todo de la forma más honesta
posible", apuntó la realizadora.

La directora abrió "la caja de
Pandora" mientras entrevistaba a
su madre, tíos y primos, que comenzaron a revelar una serie de
secretos familiares que ayudan a explicar los trágicos sucesos que
acaban con la deportación de sus tíos.

En el documental se
aprecia cómo Augie sobrevive en las calles de
Guadalajara mientras sus hijos crecen en EEUU sin su padre, un drama
sin aparente solución cercana y que no se ceba exclusivamente en los
millones de inmigrantes sin papeles que residen en el país.

"Miles
de personas son deportadas cada año desde EEUU a sus
países de origen, pero cada historia es diferente. Lo que es común a
muchos de ellos es que son expulsados de un país que consideran su
hogar. Esto les afecta a ellos directamente y a sus familias, que
quedan devastadas", concluyó Navarro.