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Inmigrante mexicano nuevo comisionado por el distrito siete

Jesús García fue elegido para ser comisionado de uno de los distritos con mayor presencia de latinos en Chicago.

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Para un político de Chicago que mantiene
lazos con su natal Durango (México), el camino de inmigrante a
comisionado de uno de los condados más grandes del país ha sido
largo, y a veces difícil.

El mes pasado, el mexicano Jesús García, ganó las elecciones para
ser comisionado por el distrito 7 del condado Cook, que abarca
varios barrios hispanos de Chicago y algunos suburbios.

García, de 52 años, será uno de los 17 comisionados del condado,
el segundo más grande de la nación con cerca de 5,5 millones de
habitantes.

Este inmigrante oriundo de Los Pinos se presentó en 1998 para un
escaño en el Senado estatal, pero fue derrotado por el candidato de
la Hispanic Democratic Organization (HDO), una organización
calificada como corrupta por el Gobierno federal y que desapareció
10 años después con varios de sus miembros en prisión.

Esa derrota le dejó un mal sabor, pero ahora García se siente
reivindicado. En las primarias del mes pasado, 27 grupos, uniones
laborales y políticos de toda la ciudad le dieron su apoyo.

A García, después de once años de estar fuera de la política, su
propia victoria lo dejó desconcertado.

"Yo pensaba que ya no se acordaban de mí", dijo. "Ha de ser
mi bigote", agregó con una sonrisa.

Ahora García tiene como prioridad hacer accesible el sistema de
salud del condado Cook a los hispanos de la ciudad.

También tiene como metas mantener la transparencia y dar empleo a
más hispanos en el gobierno del condado, en el que actualmente menos
del 8 por ciento de sus trabajadores es latino.

García recordó su vida de inmigrante que salió del estado de
Durango en 1965, cuando su padre lo llevó en tren de su rancho de
Los Pinos a la ciudad de Durango y de ahí en un autobús hasta Ciudad
Juárez. Luego un tío los transportó hasta Chicago.

Esto fue posible, dijo García, porque su padre, Miguel García,
quien había sido un bracero, pudo arreglarle los papeles legalmente
a la familia sin cruzar como indocumentados.

Como muchos de esa época, García y su familia llegaron al barrio
de Pilsen, el entonces puerto de entrada para inmigrantes que
buscaban una nueva vida.

"Vivimos en Pilsen como por tres años y después nos mudamos a La
Villita en 1969", recordó.

El joven inmigrante venía de una árida y montañosa Durango a
vivir en una ciudad a veces castigada por gélidos inviernos.

"Fue un choque cultural muy grande para mí ver tanta nieve y
sentir el frío", comentó.

García obtuvo su licenciatura de Ciencias Políticas de la
Universidad de Illinois y mientras estudiaba se interesó mucho por
los problemas de la comunidad hispana y dio comienzo a un intenso
activismo en los años ochenta.

Fue en la misma universidad que García conoció a Rudy Lozano,
líder laboral asesinado en 1983, que le instruyó sobre los problemas
de los hispanos en el país.

Pero fueron los tres años que trabajó en una agencia de ayuda
legal gratuita en Pilsen lo que lo convenció de que los hispanos
necesitaban una representación política.

Esto lo motivó a ocupar un puesto político y se convirtió en uno
de los primeros concejales hispanos electos en Chicago en 1986.

En 1992, llegó a ser el primer senador estatal de origen
mexicano. García iba por su tercer periodo como senador hasta su
derrota.

Pero este político nunca se ha olvidado de sus raíces de
inmigrante ni de su querido Durango.

En Chicago aún ayuda a organizar eventos entre los 150.000
duranguenses que viven en la ciudad y suburbios.

Entre esta comunidad, García es estimado como un verdadero "hijo
de Durango".

El orgullo de García se extiende a la música duranguense, muy de
moda, y la comida regional de ese estado norteño como es la carne
seca, los "chuales" y el chile pasado.

"Sí, el es un verdadero hijo del estado de Durango", dijo Marcia Soto, la fundadora de Durango Unido, una federación de
organizaciones de duranguenses en Chicago.

"Jesús García es una persona muy franca, honesta y trabajadora,"
afirma Soto, de 60 años. "Chuy, como le decimos, siempre ha dedicado
su vida al servicio de la comunidad."

El nuevo comisionado vive con su esposa Evelyn, y su hija Rosa,
14, en Little Village. También tiene dos hijos adultos: Samuel, de
25 años, y Jesús Salvador, de 27 años.