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Publican cartas de amor inéditas de Pablo Neruda

Las cartas fueron escritas por el poeta para Matilde Urrutia, su amor más apasionado.        

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"Amor mío, cuento las horas que me faltan
para besar tu bocica adorada. Amor, amor, que me haces más falta que
el aire". Esta es solo una muestra del contenido de las cartas,
hasta ahora inéditas, que el poeta Pablo Neruda escribió a Matilde
Urrutia, su amor más apasionado, publicadas en un bello volumen.

"Pablo Neruda. Cartas de amor" es el título de este cuidado
libro, editado por la editorial española Seix Barral, que recoge la
correspondencia inédita de este apasionado amor, que nació de forma
furtiva, porque Neruda, cuando conoció a Matilde Urrutia, en 1946,
estaba casado con su segunda mujer, la pintora Delia del Carril, a
la que estuvo unido casi veinte años, de gran importancia en su vida
y de quien se separó en 1952.

Por ello, este epistolario, que comienza en 1950, es una muestra
de las diferentes etapas por las que pasa este amor, que nace a
hurtadillas y que se tiene que esconder, con celos, arrebatos de
pasión, deseo y entusiasmo. El epistolario termina a mediados de
1973, pocos meses antes de que muriera el escritor chileno y premio
Nobel, con unos textos más íntimos, serenos y recogidos, y estando
ellos dos ya casados oficialmente.

Pablo Neruda murió el 23 de abril de 1973, doce días después del
golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet para derrocar a
Salvador Allende, y la última carta dice: "Mi Patoja adorada, me he
preparado un mes para venir a esperarla y fíjese qué chasco! tuve un
retroceso de la cadera desde hace tres días y no tengo más remedio
que esperarla en nuestra isla. No se amargue por todo esto, todo va
bien y esto pasará..."

La edición, introducción y notas del libro han corrido a cargo
del escritor chileno Darío Oses, experto en Neruda, quien reproduce
la correspondencia en forma de facsímil, incluyendo las cartas con
los papeles originales con dibujos impresos, como los que se envían
desde Pekín, con bellas flores y símbolos, o postales, donde se ve
la caligrafía, con las tachaduras o subrayados del autor de "Canto
general".

Matilde Urrutía conoció a Pablo Neruda, un poeta proteico para
quien el amor y el desamor que reflejó en "Veinte poemas de amor y
una canción desesperada" fue un tema constante, en "un concierto en
el parque forestal de Santiago de Chile".

Allí, un cruce de miradas abrió pasó a un intenso amor que el
editor reproduce cronológicamente y que comienza con la "época del
amor secreto". Casi 23 años de correspondencia.

Un amor muy viajero que se tiene que encontrar en diferentes
lugares de forma clandestina, ayudado por algunos amigos, como en la
Atlántida a 40 kilómetros de Montevideo, donde hoy existe un museo
en la casa que la pareja solía compartir de vacaciones.

Pero otro gran refugio, como recuerda Oses en la introducción,
fue en "un rincón de Santiago, en los faldeos del Cerro San
Cristóbal. "Estábamos embrujados por un ruido de agua -dice
Matilde-, era una verdadera catarata la que venía por el canal, en
la cumbre del sitio. Pablo no cabía en sí de gozo: "Esto es lo más
hermoso que he visto".

En las cartas de los últimos años, ya instalados en Isla Negra.
Neruda ya no puede salir y Matilde es la que viaja.

Y del inicio de "Amor mío, no sufras, no temas, mi vida la escogí
yó y la escogí para tí también", o de "Sueño mío, adorada mía, sabes
dónde vas?", Neruda pasa a un sereno "Pantojilla, no hay nada de
nuevo por acá, la vida pública agitada como de costumbre, la vida en
la casa sigue igual".

Su amor por los perros -a veces se dicen "mi perra", "su cane",
los embarazos frustrado de varios hijos, la creación, sus viajes por
el mundo, sus dolores, gozos o sufrimientos vitales- copan el
contenido de estas cartas.

Este amor poéticamente también fue muy fecundo, escribe Darío
Oses. Produjo dos libros: "Los versos del capitán" y "Cien sonetos
de amor" y muchos poemas que quedaron en diversos libros como
"Estravagario", "La barcarola" y "El amor y las campanas".