Poco más de 2,8 millones de votantes
están llamados a las urnas el domingo para elegir al próximo
presidente de Costa Rica, en sustitución de Óscar Arias, y a los 57
diputados a la Asamblea Legislativa para un periodo de cuatro años.

En total, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ha habilitado
6.617 mesas de votación en las siete provincias del país, de las
cuales 37 estarán ubicadas en cárceles, 35 en asilos de ancianos y
85 en zonas indígenas, mientras el resto se montarán en centros
educativos.

El padrón electoral tiene inscritas 2.822.491 personas de los 4,5
millones de habitantes del país, lo que supone que en esta ocasión
están habilitados para votar 271.878 ciudadanos más que en las
pasadas elecciones, en 2006.

En cuanto al sexo, la distribución de electores está
prácticamente igualada, pues las mujeres superan a los hombres en
poco más de 3.000 votantes.

Uno de los objetivos del TSE para estos comicios es aumentar la
participación ciudadana en los comicios, algo que lograría si se
reduce el 34 por ciento de abstencionismo que se registró en 2006.

Con esta finalidad, las autoridades electorales han llevado
adelante una campaña publicitaria dirigida especialmente a los
jóvenes, el sector más propenso a la abstención.

Para la organización de este proceso electoral el Tribunal
dispuso de un presupuesto de alrededor de 13 millones de dólares, y
en caso de ser necesaria una segunda ronda se habilitarían unos 2,3
millones de dólares adicionales.

Las elecciones del próximo domingo serán seguidas por 134
observadores internacionales, entre ellos unos 60 de la Organización
de Estados Americanos (OEA), y por decenas de observadores locales
que se han acreditado para ello.

A la Presidencia costarricense aspiran nueve candidatos: Laura
Chinchilla, del oficialista Partido Liberación Nacional (PLN), que
es la favorita en las encuestas; Otto Guevara, del derechista
Movimiento Libertario, que figura segundo en intención de voto;
Ottón Solís, del centro izquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC),
y Luis Fishman, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC).

Además, los minoritarios Rolando Araya, de la Alianza Patriótica,
y Eugenio Trejos, del Frente Amplio, ambos de izquierda, así como
Walter Muñoz, de Integración Nacional; Óscar López, del Partido
Accesibilidad Sin Exclusión (PASE), y Mayra González, de RenovaciónCostarricense.

De acuerdo con la ley local, en octubre pasado, cuando se convocó
oficialmente el proceso electoral, el Ejecutivo traspasó al TSE el
mando de la Fuerza Pública, por lo que el Tribunal tiene a su
disposición a la totalidad de los policías del país, es decir, cerca
de 10.000 efectivos, para velar por el orden de los comicios en un
país que no tiene ejército.

El presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado, pidió que en la
campaña electoral primara "la discusión de ideas y el respeto por el
adversario" y que se evite presentar "estrategias de descalificación
anticipada de la institucionalidad electoral".

"Hemos de exigir humildad a quien triunfe en las urnas y
sabiduría al que salga derrotado. Es una muestra mínima de respeto
para el elector, quien merece además, que los contendientes no se
declaren vencedores antes del pronunciamiento oficial del tribunal",
recomendó el presidente del TSE.