El presidente de EE.UU., Barack Obama,
es partidario de aparcar por el momento la reforma sanitaria,
después de que los demócratas perdieran la "supermayoría" en el
Senado, que garantizaba la aprobación de la medida.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca,
Robert Gibbs, indicó hoy que "el presidente cree que lo mejor que se
puede hacer es darle (a la reforma) algún tiempo, dejar que se
calmen las aguas y examinar cuál es el mejor camino a seguir".

Los demócratas tratan ahora de decidir su estrategia después de
que el republicano Scott Brown se impusiera a la demócrata Martha
Coakley en las elecciones del pasado martes en Massachusetts para
designar al sucesor del senador Ted Kennedy, fallecido el pasado
agosto.

Ello deja a los demócratas con 59 votos en el Senado, uno menos
de los 60 necesarios para bloquear cualquier intento de veto de la
oposición republicana.

El Senado aprobó la reforma sanitaria el pasado diciembre
únicamente con los votos demócratas. Al haber perdido el voto número
60, el futuro de la medida es extremadamente incierto.

El miércoles, Obama había instado a los demócratas a no
precipitarse a aprobar la medida y en su lugar "unirse" en torno a
los "elementos principales", en una señal de que aceptará una
reforma sanitaria aguada.

Según declaró en una entrevista a la cadena de televisión ABC,
hay "elementos básicos" de la reforma sanitaria con los que tanto
republicanos como demócratas están de acuerdo, y sobre los que ambas
partes deben unirse para sacar adelante la medida.

"Sabemos que necesitamos una reforma de los seguros de salud, que
las compañías de seguros médicos se aprovechan de la gente. Sabemos
que tenemos que incluir algún tipo de control de los costes porque
si no, nuestros presupuestos van a estallar", declaró.

"También sabemos que las pequeñas empresas van a necesitar
asistencia para poder aportar cobertura sanitaria a sus familias.
Estos son algunos de los elementos básicos de esta medida", explicó
el presidente.

Para sacar adelante la reforma sanitaria, la principal prioridad
política de Obama, los demócratas sopesaban varias posibilidades.

Una de ellas sería que la Cámara de Representantes renunciara al
proyecto de ley que aprobó en noviembre y aprobara sin ningún tipo
de enmiendas el proyecto de ley del Senado.

Sin embargo, hoy la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, lo
descartó al asegurar que no cuenta con los votos suficientes como
para aprobar sin enmiendas la versión del Senado.