La primera marcha de las masivas del 2006 en el país fue en Filadelfia un 14 de febrero, y la semana pasada unas 300 personas se congregaron en la primera del 2010 para exigir lo mismo en la iglesia de Santo Tomás de Aquino, en el sur de Filadelfia.

El evento marcó el inicio de la campaña en el sureste de Pensilvania. “Nuestro sistema está quebrado”, fue la frase de los presentadores, mientras los asistentes coreaban “sí se puede”.

“Tenemos que cambiar las leyes hasta hoy escritas” dijo la concejal del Distrito Siete, María Quiñones.

La movilización ocurrió a un año de que el presidente Barack Obama asumiera el poder, después de una campaña que prometía una reforma migratoria.

“Con la reforma energética y de la salud pendientes, la migratoria, es un tema riesgoso para los senadores a un paso de las elecciones”, dijo Zac Steele, organizador de JUNTOS. “Hay que presionar a Obama, al Congreso y a los senadores, antes de que el equilibrio entre republicanos y demócratas cambie”. “El asunto se va a calentar mucho. Si no vemos movimiento en el Congreso, entonces vamos a presionar más. Puede que haya desobediencia civil”, agregó Steele.