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El pastor de las ovejas hispanas

El sacerdote Jesús Guadarrama, líder comunitario entre la comunidad hispana del sur de Filadelfia. 

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Un hombre de voz suave y cadencia pausada no podía ser sino sacerdote. Jesús Guadarrama, que habla con el acento de quien es experto en dar consejos,  no siempre sintió el llamado de Dios para servir a sus hermanos.

Antes de ponerse el hábito, Guadarrama, el mismo que hoy oficia misas y presta servicios espirituales en el sistema penitenciario de Filadelfia, soñaba con ser profesor de secundaria o dictar cátedras en la universidad, por eso estudió Licenciatura en Ciencias Sociales en el Instituto Juan Ponce de León.

Oriundo de Ixtlauaca, población cercana a Toluca, Guadarrama sin embargo creció en las calles de Ciudad de México, al interior de un hogar humilde. Su adolescencia la describe como la de un “muchacho normal que jugaba fútbol, veía los partidos del campeonato mexicano y que creció en un ambiente sano y católico”.

Vale la pena hacer un paréntesis para decir que este fanático incondicional del Toluca, a pesar de tener línea directa con el Todopoderoso, no pudo evitar la eliminación de su equipo en la Liguilla del fútbol azteca.

Cerrado el paréntesis, AL DÍA dialogó con el padre, el inmigrante que comparte la historia con tantos compatriotas suyos y de Centroamérica, y le propuso contar su historia americana al interior de la Iglesia católica.

Padre Cómo es que un profesor de Ciencias Sociales termina ordenándose sacerdote?

Yo vengo de una familia católica y en México alcancé a ser seminarista en la Universidad Pontificia de México. Pero mi vocación empezó viendo la necesidad de sacerdotes aquí en Estados Unidos.

¿Cuáles eran esas necesidades específicas?

Me impactó mucho ver que la comunidad hispana estaba como ovejitas sin pastor, hay muy pocos sacerdotes que hablan español y que entienden nuestra cultura, especialmente en Charlotte, Carolina del Norte. Eso me motivó mucho.

¿Cómo fueron sus inicios en el sacerdocio?

Yo iba todos los domingos a misa y allí conocí al padre Vicente Finnerty. Al poco tiempo me vinculé como capellán y me fui a ayudar con la organización parroquia en Greensboro. Allí fui coordinador de cinco parroquias, organizaba todo lo que tenía que ver con asuntos hispanos.

Pero usted no se quedó encerrado en la iglesia, salió a hacer un trabajo muy comunitario

Teníamos muchos inmigrantes de México y Centroamérica y Carolina del Norte no estaba preparada para recibir a tanta gente. Lo que hicimos fue tratar de tender puentes entre las comunidades hispanas y las autoridades estatales.

Cómo es que el padre Jesús llega a Filadelfia?

Trabajé en Charlotte hasta el año 2000. De ahí me voy para el Seminario de la Congregación Conception Counting Floor, en Nueva York, una comunidad religiosa de los vicentinos o paules. Me ordené como sacerdote el 23 de mayo de 2004 en Charlotte.

Después de eso, fue asignado a trabajar en el Centro de Evangelización en Brooklyn como director de una casa de retiros espirituales. Allí duré hasta el año pasado.

Después llegué en enero de este año y me desenvuelvo como capellán de la correccional de Riverside, en State Road, al norte de Filadelfia. Esa prisión tiene de 9 mil a 10 mil presidiarios, el 20 por ciento de ellos son hispanos.

Padre, pero tengo entendido que usted siguió tendiendo puentes aquí en Filadelfia.

La cosa es que con el caminar de este trabajo, me he encontrado con la realidad de muchas personas que han sido deportadas y que sufren por ser arrestadas por haber cometido alguna falta. Mi trabajo es en conexión con las familias de los prisioneros. Lo que hago es ayudarles para ser puente de comunicación con las familias que se quedan acá.

También trabajo con organizaciones tratando de crear ambientes de comunicación con diferentes organizaciones del gobierno y que pueden apoyar a las  familias y los prisioneros con asesoría legal y de migración.

A usted la comunidad lo reconoce como un líder espiritual ¿Qué siente al respecto?

Yo me  considero como una persona que sirve a la comunidad. Un sacerdote debe ser líder entendiéndolo como un servidor. Yo veo mi liderazgo como uno desde la colaboración.

¿Qué significa ser líder?

El liderazgo es un regalo, un don que viene de Dios para servir a los demás.

Ser líder significa crear puentes entre los demás para poder lograr algún cambio.

El líder tiene que buscar a otras personas para transformar, dirigir y apoyar el sentir del pueblo. El líder no es el que impone, sino el que escucha, y cómo nos hace falta escuchar la realidad de nuestra gente.

Por ejemplo, toda la situación de injusticia que sucede en relación con inmigración, cuando alguien es deportado, el sufrimientos de la gente cuando se queda sin algún familiar, cuando los niños se quedan solos; todo eso hay que tratar de cambiarlo.

Los líderes son voces de esperanza y son importantes para sentarnos y trabajar juntos.

¿Cómo termina este 2009 para usted?

Es un año de mucha felicidad, de esperanza y gratificaciones. Estamos orando por una reforma migratoria, veo como mucha esperanza nuestro futuro.

¿Y el próximo año, que retos le traerá a la comunidad?

Hay muchos, no podemos quedarnos cruzados de brazos. El próximo año debemos empujar más fuerte por la reforma. Veo que algo muy hermoso va a pasar.

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