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Reforma migratoria en medio de un clima inestable

Según el centro de investigaciones Pew, el 63 por ciento de la población estadounidense está a favor de un proyecto que dé una ruta a la ciudadanía, aunque más…

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Luis Gutiérrez comenzó su gira de Familias Unidas a finales
de 2008, visitando comunidades de todo el país para construir apoyo
para su proyecto. El legislador ha reunido una coalición de clérigos de
todas las denominaciones y grupos de derechos civiles, laborales, y de
promoción. Erick Galindo

 

En un día que calificó como “el más orgulloso” de su vida, Luis Gutiérrez rompió de nuevo el sello en la lata de gusanos que es la reforma migratoria.

El demócrata de Illinois ha pasado gran parte de sus 16 años como miembro del Congreso, tratando de crear un camino a la ciudadanía para los 12 millones de inmigrantes indocumentados que viven en los Estados Unidos. En este intento, introdujo el proyecto de ley “Comprehensive Immigration Reform for America’s Security and Prosperity Act (CIR ASAP)” el pasado 15 de diciembre en un teatro repleto de seguidores y prensa en el Rayburn House Office Building.

“Esta vez es diferente”, dijo Gutiérrez en medio de aplausos. “Mira este mosaico (de los copatrocinadores), esto es lo más que hemos tenido nunca”.

Gutiérrez se refería a los intentos anteriores, y al suyo propio, para lograr cambios en la legislación de inmigración, todos los cuales han fracasado. “El presidente Obama nos debe, y ahora es el momento de recoger”, agregó.

Con 91 copatrocinadores, Gutiérrez tiene motivos para ser optimista. Pero con el país en medio de un acalorado debate sobre la salud y la atención de una recuperación económica en ciernes, los críticos del proyecto han puesto en duda el calendario y grupos antiinmigrantes han comenzado a moverse en previsión de una cruenta batalla que se avecina en el 2010.

“La reacción a este proyecto de ley va a hacer que parezca pequeño el rencor y el contencioso del debate de la reforma de salud y por una buena razón”, según William Gheen, de Americans for Legal Immigration PAC.

“La gente se siente consternada y totalmente traicionada que cualquier líder del Congreso proponga la legalización de ilegales y que se detenga a la policía local en la aplicación de la ley de inmigración cuando tenemos más de 15 millones de estadounidenses sin trabajo”.

Sin embargo, grupos como los de Gheen están “lejos de la corriente”, dice Clarissa Martínez, directora de Inmigración y Campañas nacionales del Consejo Nacional de La Raza. Según Martínez, este es un momento perfecto para la reforma migratoria.

Según el centro de investigaciones Pew, el 63 por ciento de la población de EE.UU. está a favor de un proyecto que dé una ruta  a la ciudadanía, aunque más del 70 por ciento considera que los EE.UU. tienen que limitar el número de nuevos inmigrantes.

Angie Kelley, vicepresidenta de política de inmigración y de promoción en el Center for American Progress, señala que hay razones económicas para aprobar la ley. La Oficina Presupuestaria del Congreso, en el análisis del intento de la reforma de 2006, estimaba $ 66 mil millones en ingresos fiscales durante un período de 10 años.

Sin embargo, grupos como Federation for American Immigration Reform, argumentan que “el Congreso tiene la responsabilidad de garantizar que los empleos disponibles son ocupados por trabajadores legales” no son los que “han violado la ley”.

Gutiérrez y su coalición se han estado preparando para esta batalla desde la elección del presidente Barack Obama. El legislador nacido en Chicago, pero de origen puertorriqueño, comenzó su gira de Familias Unidas a finales de 2008, visitando comunidades de todo el país para construir apoyo para su proyecto. Ha reunido una coalición de clérigos de todas las denominaciones y grupos de derechos civiles, laborales y de promoción.

Aunque sus críticos han argumentado que la organización y legislar, no son la misma cosa, Gutiérrez sostiene que la reforma de inmigración debe tener un empujo del público. Para su gira contrató a organizadores profesionales que cuidadosamente seleccionaron las ciudades y los invitados especiales, que incluyen a veces los niños arrancados de sus padres y viudas de militares de EE.UU.

Gutiérrez ha trabajado también en estrecha colaboración con sus colegas legisladores en la elaboración del proyecto, que ha ganado el apoyo del Caucus Progresista del Congreso, del Caucus Hispano, del Caucus Asiático, del Caucus Afroamericano e incluso los conservadores del Blue Dog Caucus, que casi descarriló el proyecto de ley de salud en la Cámara. Los republicanos no han firmado aún, pero Gutiérrez dijo que espera el apoyo bipartidista, incluso en este Congreso muy dividido.

Según Kelly, “Este puede ser el único tema de 2010 que recibe el apoyo de ambos partidos”. Ella también señala que, históricamente, los republicanos han apoyado la reforma migratoria.

Otra estrategia para lograr que el proyecto sea aprobado es dejar que el Senado -donde los republicanos han expresado su apoyo a la reforma de inmigración- tome la iniciativa. El plan de Gutiérrez incluye esperar a que el senador demócrata Chuck Schumer (NY) presente la versión del Senado en febrero y también que el Senado vote sobre la cuestión. Él cree que ello supondría una presión a la Cámara para actuar.