El presidente de México, Felipe Calderón,
propuso el martes una reforma política que incluye la reelección de
legisladores y alcaldes, y una segunda vuelta en las presidenciales
si en la primera no hay mayoría absoluta, y con la que busca acabar
con el escepticismo de la gente hacia sus representantes.

"Los ciudadanos no están satisfechos, hay que reconocerlo, con la
representación política, y perciben una enorme distancia entre sus
necesidades y la actuación de sus gobernantes, de sus representantes
y de los políticos", señaló el mandatario al presentar hoy el
decálogo de reformas en la residencia oficial de Los Pinos.

La iniciativa, que de ser aprobada fortalecería al Ejecutivo,
pasará al Legislativo, dominado por el Partido Revolucionario
Institucional (PRI), la segunda fuerza política en el Senado, pero
primera en la cámara baja por delante de Acción Nacional (PAN), la
formación de Calderón.

Uno de los cambios sugeridos por el mandatario es reducir de 500
a 400 los diputados, y de 128 a 96 los senadores, con lo que México
dejaría de tener el Congreso más amplio de América Latina, una
posición que ocuparía Brasil, con 594 representantes.

Calderón también plantea la reelección para alcaldes y
legisladores federales por un período máximo de 12 años, lo que
implica modificar el artículo 59 de la Constitución, que la ha
impedido desde 1933.

"El que gobierne bien, que siga en el cargo, y el que gobierne
mal o mediocremente, que se vaya", sostuvo gobernante, quien
considera que de este modo se devolvería al ciudadano la posibilidad
de "premiar o castigar" el desempeño de los políticos, "tal como
ocurre prácticamente en todas las democracias avanzadas del mundo".

La propuesta mantiene sin cambios el veto a la reelección del
presidente de México o entre los gobernadores de los 32 estados del
país.

La iniciativa sugiere, además, que los ciudadanos y la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) puedan presentar iniciativas
de ley, y que un ciudadano cualquiera pueda aspirar a un cargo de
elección popular como candidato independiente, algo para lo cual es
imprescindible un partido actualmente.

Calderón también plantea crear la figura de la "iniciativa
preferente", que faculta al Ejecutivo a proponer dos leyes por cada
legislatura.

En el caso de que las mismas tuvieran que ver con reformas a la
Carta Magna, y el Legislativo no las tomara, las mismas "serían
sometidas" a un referendo "para que sea precisamente el ciudadano el
que decida sobre la eventual aprobación constitucional".

"No se trata de una reforma que castigue o disminuya las
facultades del Congreso, sino precisamente una reforma que permite
jerarquizar la agenda nacional y que, en todo caso, lo que sanciona
es la inacción, la falta de discusión, de debate y de decisión",
explicó Calderón.

El mandatario también propone facultar en la Constitución al
Ejecutivo a hacer observaciones totales o parciales a las leyes de
presupuestos, con el fin de "evitar riesgos" en el manejo de las
finanzas públicas, algo que hasta el momento está en manos
totalmente del Legislativo.

El senador del izquierdista Partido de la Revolución Democrática
(PRD), Pablo Gómez, consideró que las candidaturas independientes
son lo único "viable" de la reforma política, pues ello "permitiría
que se elimine el monopolio que los partidos tienen" sobre quién
puede participar.

Gómez rechazó los puntos de la iniciativa relativos a la
reelección legislativa, la reducción de escaños en el Congreso y la
segunda vuelta presidencial.

Por su parte, el senador del PRI Pedro Joaquín Coldwell dijo
estar a favor de la propuesta y anticipó que su partido estaba
"abierto a discutir una política de gran calado y de más eficacia".

En declaraciones a Efe, el analista José Antonio Crespo se
pronunció, en términos generales, a favor del sentido de una reforma
que esencialmente pretende acercar a la clase política y a la
ciudadanía, y agilizar los procesos políticos democráticos.

No obstante, estimó "difícil saber" si prosperará una iniciativa
tan amplia, debido a "la dispersión de opiniones" sobre los temas en
el seno de los partidos, lo que hace necesario abrir un debate sobre
las propuestas.