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Brasil y EEUU: Más coincidencia que discordia

Arturo Valenzuela inició en Brasil su primer viaje a Latinoamérica.

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El secreatario especial de Asuntos Internacionales del Gobierno
brasileño, Marco Aurelio García (d), y el secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para América
Latina, Arturo Valenzuela (i).

 

Brasil y Estados Unidos contrastaron el lunes
sus posiciones sobre Honduras y el resto de América Latina, en las
que, según dijo el secretario de Estado adjunto de EE.UU. para la
región, Arturo Valenzuela, hay más coincidencias que discordias.

"Estoy muy impresionado" por las coincidencias "en aspectos
fundamentales de las relaciones y los puntos de vista similares con
relación a diversos asuntos hemisféricos", declaró el funcionario
estadounidense, que hoy inició en Brasil su primer viaje a América
Latina, que incluye también visitas a Argentina, Uruguay y Paraguay.

Valenzuela se reunió este lunes en Brasilia con el asesor para
Asuntos Internacionales de la Presidencia brasileña, Marco Aurelio
García; el viceministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota,
y el ministro de Defensa, Nelson Jobim.

La cita con García fue la más densa desde el punto de vista
político y, según el propio asesor, fueron repasados en un ambiente
"cordialísimo" todos los asuntos candentes de América Latina, así
como también otros relacionados con Oriente Medio.

García declaró que la situación en Honduras fue la que más tiempo
ocupó en la reunión y afirmó que, pese a las discrepancias en torno
a las elecciones ganadas por Porfirio "Pepe" Lobo el 29 de noviembre
pasado, que Brasil no ha reconocido, existen visiones similares de
la crisis.

Según el asesor, Brasil y Estados Unidos coinciden en que Manuel
Zelaya continúa siendo el presidente legítimo de Honduras; en que el
gobernante de facto, Roberto Micheletti, "debe partir", y en que los
comicios ganados por Lobo no bastan para superar la crisis.

Valenzuela reiteró a medios brasileños que, según la visión de la
Casa Blanca, la solución depende de varios pasos, que comienzan con
la formación de un Gobierno de "unidad nacional" presidido por Lobo
a partir de que tome posesión del cargo, el 27 de enero.

Otro paso sería la definición de la situación de Zelaya, en torno
a quien coincidió con García en que "es importante" que obtenga un
salvoconducto para abandonar la embajada de Brasil en Tegucigalpa,
donde está alojado desde el 21 de septiembre pasado.

Según Valenzuela, también es necesario que, en todo ese proceso,
quede claro que "nada" justifica un golpe de Estado y que "no puede
haber disculpas para la ruptura del orden democrático".

En ese marco, García explicó que "la preocupación" de Estados
Unidos y Brasil "es la misma", en el sentido de que "el episodio
hondureño no puede ser un precedente que desestabilice a América
Latina y particularmente a Centroamérica", una región en la que los
"procesos democráticos son más recientes".

Otro asunto discutido por Valenzuela y García fue la discordia
que ha generado en la región el acuerdo que le permitirá a EE.UU. La
utilización de bases militares en suelo colombiano para colaborar en
la lucha contra las guerrillas y el narcotráfico.

García reiteró la "impresión" de Brasil de que la presencia de
tropas ajenas a la región "no es un factor positivo" y sugirió que
Washington elimine las "guerras de declaraciones" con algunos
países, en aparente alusión a Venezuela, mediante un "diálogo
directo".

Valenzuela, por su parte, dijo que le garantizó a las autoridades
brasileñas, incluido al ministro de Defensa, que el acuerdo pactado
con Bogotá se limita a operaciones en suelo colombiano y no supone
ningún riesgo para otros países suramericanos.

García y Valenzuela también discutieron el acercamiento entre
Brasil e Irán, que ha levantado polémicas después de que el jefe de
Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió al líder iraní,
Mahmud Ahmadineyad, en noviembre pasado.

El asesor de Lula explicó que Brasil solo pretende ayudar a la
búsqueda de la paz en Oriente Medio y a que Irán "tenga un papel
positivo" y "se someta a las normas internacionales con respecto al
uso pacífico de la energía atómica".

La explicación pareció satisfacer a Valenzuela, quien dijo que
Estados Unidos le da "la bienvenida al hecho de que Brasil le haga
entender a Irán que es importante cumplir con las determinaciones
del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA)".

Sobre el acercamiento incluso comercial que busca el Gobierno de
Lula con Irán, el funcionario estadounidense apuntó que "Brasil
tiene derecho a tener relaciones con quien quiera, pues es un país
soberano".