Los casos de depresión entre la comunidad
hispana de Utah alcanzan proporcionalmente el doble que entre la
población en general, revela un reporte sobre indicadores de salud
difundido hoy por el Departamento de Salud de este estado.

La Oficina de Evaluación de Salud Pública de Utah encontró que un
8,2 por ciento de los latinos en este estado padecen de depresión
severa, contra un 4,2 por ciento del resto de la población.

A la vez, los latinos son el grupo étnico de Utah con menor
acceso a cobertura médica, ya que poco más de la cuarta parte de la
población hispana (27 por ciento) no tiene ese beneficio, y casi uno
de cada cinco hispanos (18 por ciento) carece de un médico de
cabecera.

Además, el nivel de pobreza de la comunidad hispana de Utah (21,6
por ciento) es poco más del doble que el promedio de pobreza en el
estado (10,3 por ciento).

Por eso, según el informe, a pesar de que la depresión es una
enfermedad "altamente tratable" por medio de consejería o de
medicamentos, pocos son los latinos que buscan ese tratamiento,
principalmente por falta de acceso a servicios médicos.

Los investigadores de salud de Utah también encontraron que el
porcentaje de personas hispanas que se autocalifica como con
problemas de salud mental es igual al porcentaje de personas no
hispanas que realizan esa misma afirmación (15 por ciento en cada
caso).

Existe, sin embargo, una marcada diferencia en dos áreas
relacionadas con la depresión. Por una parte, los latinos beben
alcohol con mayor frecuencia que el resto de la población. Por otra
parte, el índice de suicidios entre latinos es significativamente
menor que entre los no hispanos.

Según el reporte, el consumo excesivo de alcohol en la comunidad
latina afecta a casi el 15 por ciento de los miembros de este grupo
frente al 9 por ciento de la población en general. El porcentaje de
alcoholismo crónico (2,8 por ciento) y de conductores ebrios (casi
el 1 por ciento) es el mismo para ambos grupos.

Con respecto a los suicidios, el Departamento de Salud de Utah
estima de 8 de cada 100.000 hispanos en este estado eligen esa forma
de terminar sus vidas, contra un 13 de cada 100.000 personas en el
resto de la población.

Como comparación, sólo el 2,6 por ciento de los afroamericanos de
Utah (el otro grupo minoritario del estado) padece de depresión
severa y no existen datos fehacientes con respecto a suicidios.

Al presentar el reporte, April Bennett, especialista en salud
multicultural del Departamento de Salud local, explicó que estas
estadísticas son importantes porque los hispanos ahora representan
el 12 por ciento de los 2,7 millones de residentes en Utah.

Bennett también puntualizó que los investigadores sólo compilaron
los datos para obtener los porcentajes deseados (que luego se
comparan con las metas de salud establecidas para el 2010), pero no
se realizó un intento para determinar por qué ciertos problemas de
salud son más prevalentes entre los hispanos.

El informe enumera otras dos áreas que afectan a la comunidad
hispana más que al resto de la población: la falta de vacunación y
las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Sobre la base de datos provistos por el gobierno federal, el
Departamento de Salud de Utah determinó que un 74 por ciento de los
latinos no se vacunaron contra la influenza, comparados con el 64
por ciento de la población en general en esa situación.

En cuanto a ETS, tanto los casos de clamidia como los de gonorrea
duplican los porcentajes de casos similares entre los no hispanos.
El reporte afirma que se detectaron 437 casos de clamidia y 51 de
gonorrea por cada 100.000 latinos, contra 194 y 26 casos de esas
mismas enfermedades respectivamente por cada 100.000 no latinos.

"Realmente no sabemos por qué es así. Lo que sabemos que entre
los hispanos hay muchos inmigrantes y que este tipo de enfermedades
son más prevalentes en algunos países que en otros", sostuvo
Bennett, quien agregó que posiblemente haya inmigrantes que traigan
ETS desde sus países de origen.

La situación se complica, indicó la especialista, porque ambas
enfermedades pueden permanecer sin ser detectadas por mucho tiempo y
porque en el caso específico de la clamidia la mayoría de los
infectados nunca experimenta síntomas severos.

Según Bennett, hasta el momento no se ha establecido una
correlación entre la incidencia de ETS entre los hispanos de Utah y
los casos de depresión severa, aunque una y otra enfermedad están
con el nivel de pobreza y la carencia de cobertura médica entre los
latinos.