LIVE STREAMING

Obama presiona a demócratas en víspera de voto

La reforma sanitaria el domingo será sometida a una votación crucial en la Cámara de Representantes.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

¿Cuáles son las preocupacion

Protección Temporal

La economía está estancada

Buenas noticias empresarios

Adiós a un 'problem solver'

Combatiendo la adicción

Un problema sin vencimiento

Cultura latina dividida

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

El presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, acudió el sábado al Capitolio para instar a los congresistas
demócratas a dar el "sí" a la reforma sanitaria, que el domingo será
sometida a una votación crucial en la Cámara de Representantes.

"Está en sus manos. Es el momento de aprobar esto, en beneficio
de EE.UU.", afirmó el presidente Obama en su último llamado a los
legisladores del Partido Demócrata.

Obama acudió a la sede del Congreso estadounidense en una rara
iniciativa, que pone de relieve la importancia que otorga a este
voto en el que se juega todo su capital político: normalmente los
presidentes sólo se desplazan al Capitolio una vez al año, para su
discurso sobre el Estado de la Unión.

"No lo hagan por mí. No lo hagan por el Partido Demócrata.
Háganlo por el pueblo estadounidense", afirmó en un apasionado
discurso ante los congresistas demócratas, que mañana domingo
votarán en la Cámara de Representantes los dos proyectos de ley que
componen la medida.

Según el presidente, "este es uno de estos momentos" en los que
pueden "hacer realidad las mejores esperanzas" por las que los
legisladores entraron en política.

Con estas palabras, el jefe de la Casa Blanca buscaba arengar a
los congresistas ya decididos a votar "sí" y persuadir a aquellos
que, a 24 horas de la votación, aún están indecisos o se oponen a la
iniciativa.

Dado que la oposición republicana votará en bloque "no", los
demócratas deben buscar entre sus propias filas los 216 votos
necesarios para aprobarla.

Por eso, el ritmo de las negociaciones hoy en la Cámara de
Representantes era frenético.

Uno de los grandes centros de atención giraba en torno a un grupo
de congresistas demócratas católicos, que reclaman enmiendas que
garanticen que no se destinarán fondos federales a la práctica de
abortos.

El problema, según los líderes demócratas, es que si aceptan las
demandas de los antiabortistas, un numeroso grupo de congresistas de
izquierda cumpliría con la promesa de retirar su apoyo.

En la jornada de hoy, se barajaba una posibilidad para conciliar
las posiciones de ambos grupos, que era dejar el lenguaje de la
medida como está y que Obama emitiera una orden presidencial en la
que se aclare que no se usarán fondos federales para las
interrupciones voluntarias de los embarazos.

Los líderes demócratas, sin embargo, se mostraron convencidos de
que el resultado de mañana les será favorable.

El líder de la mayoría demócrata en la cámara baja, Steny Hoyer,
aseguró: "claramente creemos que tenemos los votos".

Por su parte, el líder de la mayoría demócrata en el Senado,
Harry Reid, presente en el encuentro de Obama con los legisladores,
prometió que la reforma "será ley dentro de unos días".

Los congresistas votarán este domingo, tras dos horas de debate,
dos proyectos de ley distintos: uno es el que ya aprobó el Senado en
diciembre, y que si recibe el visto bueno de la Cámara de
Representantes se trasladará a Obama para su firma y conversión en
ley.

El segundo proyecto introduce una serie de enmiendas al primero,
para hacerlo más del gusto de los congresistas. Si se aprueba, se
trasladará al Senado, que según lo negociado entre los demócratas,
lo aprobará sin cambios de inmediato, a lo largo de esta semana.

Mientras las negociaciones se sucedían en el interior del
Congreso, en el exterior se concentraban cerca de 2.000
simpatizantes del movimiento conservador "Tea Party", que se opone
tajantemente a la reforma y cuyos participantes instaban a "tirar la
propuesta a la basura".

El presidente de EE.UU. se ha implicado personalmente hasta el
final para sacar adelante la medida, que ha defendido a lo largo de
su mandato, incluso, contra el consejo de algunos de sus asesores
más allegados.

A lo largo de esta semana, según confirmó la Casa Blanca el
viernes, Obama conversó personalmente, cara a cara o por teléfono,
con 64 legisladores para recabar su apoyo para la reforma sanitaria.

Además, el gobernante canceló el jueves una gira por Guam,
Indonesia y Australia, que debía haber comenzado este domingo, para
poder estar presente en la recta final del proceso.

A lo largo de este año, Obama ha pronunciado un total de 55
discursos en defensa de la reforma sanitaria, más de uno por semana.