Cada vez más, los latinos forman una parte importante de la familia nacional. No obstante, las comunidades latinas crecientes no siempre han recibido ni el respeto, ni los recursos, ni la representación que se merecen. El censo del 2010 es una buena manera de ayudar a cambiar esta situación.

    Una vez cada diez años, el censo hace un conteo de toda persona que vive en los Estados Unidos. El año entrante, el conteo se realizará en marzo y en abril.  Es una labor tan tremenda y tan importante que desde ya y por todo el país las comunidades se preparan para asegurarse que el conteo se realice correctamente. Por eso es que las organizaciones latinas nacionales y locales están colaborando con la Leadership Conference on Civil Rights para asegurar que se cuente a cada uno de los latinos.

    Las cifras derivadas del censo se convierten en mucho poder para las comunidades latinas – pero esto ocurre sólo si a toda persona se le cuenta. Aquí se encuentran algunas maneras por las que el censo es de importancia para los latinos:

    LOS NIÑOS: Miles de millones de dólares para la educación, y para programas de desayuno y almuerzo en las escuelas, se distribuyen cada año con base en las cifras derivadas del censo. Lo mismo va para el seguro médico para los niños. Si no se cuenta adecuadamente a su comunidad, las escuelas locales y los niños a los que sirven, perderán el dinero que requieren.

EMPLEOS, INFRAESTRUCTURA Y SERVICIOS: Las cifras derivadas del censo también influyen en las decisiones de importancia a nivel nacional y local, como el cuidado médico, el desarrollo económico, la capacitación laboral y la construcción de caminos. También ayudan a encausar la inversión privada hacia las empresas y los centros comerciales.

    EL PODER POLÍTICO Y LA IGUALDAD DE DERECHOS: Las cifras derivadas del censo se usan para trazar los distritos electorales federales, estatales y locales, los cuales determinan si las comunidades latinas reciben o no justa representación ante el Congreso, las legislaturas estatales y los consejos y las juntas locales. Por eso es que consideramos que el censo es uno de los temas de derechos civiles más importantes – porque afecta nuestra posibilidad de asegurarnos la representación por igual y de hacer cumplir las leyes de derechos civiles.

    Con todo lo que entra en juego con el censo – los empleos, la salud y la educación de los hijos, el acceso a la representación política, la protección de los derechos civiles --  ¿cómo no ha de querer ser contado cada uno de nosotros?

    Algunos podrán pensar que el participar en el censo será difícil o que llevará mucho tiempo, pero en realidad, es bastante sencillo. El formulario del censo que le llegará por correo en marzo hace unas cuantas preguntas fundamentales sobre cada persona que vive en el hogar, incluyendo su edad, su género, su raza y su etnicidad. El formulario del censo no hace ninguna pregunta sobre la ciudadanía ni el estado migratorio. Estarán a su disposición formularios en inglés y en español, y las personas que tengan preguntas recibirán ayuda gratuita por teléfono o de grupos locales de la comunidad.

    Es posible que algunas personas desconfíen del gobierno en cuanto a la protección de su información personal. En realidad, la Oficina del Censo tiene una larga historia de proteger la información personal, y está avalada por leyes firmes de protección a la privacidad individual. Por ley la información personal que recoge el censo se mantiene bajo estricta confidencialidad durante 72 años. Quizá en el año 2082 sus biznietos, ya adultos, investiguen su información del censo para escribir la historia de la familia.  Pero hasta ese año, ninguna agencia gubernamental podrá acceder su información – ni la policía, ni los tribunales, ni siquiera el presidente. Todos los que trabajan para el censo, incluyendo a su director, juramentan proteger la información personal.  Y persona que infrinja aquel juramento puede ser sentenciado a cinco años de cárcel y recibir una multa de $250.000.

    Hay algunas personas que, descontentas con la falta de progreso en materia de la reforma migratoria, hacen un llamado para boicotear el censo.  Les parece que el boicot ayudará a fomentar la presión por aprobar una reforma. Pero se equivocan. Un boicot del censo les restará poder a las comunidades latinas y privará a las familias de recursos para la educación y la salud por los próximos 10 años. Es mucho más probable que aprobemos la reforma migratoria con mostrarle al Congreso el crecimiento de las comunidades latinas y el aumento de su fuerza.

    De cualquier forma, es más probable que no se cuente correctamente a los latinos. El censo del 2000 no contó a unos 16 millones de personas. Es más probable que no se cuente a las personas de color ni a las que provienen de comunidades de pocos recursos.

    Cada persona que resulta no ser contada causa un perjuicio a la comunidad. De hecho, cada persona que no se cuenta le cuesta a su comunidad más de $12.000, un monto que rápidamente se suma.

    Entonces, ayudemos todos a pasar la voz que está por llegar el censo. Es importante para las familias y las comunidades latinas.

    Es hora de asegurar que cuenten todas las familias.

    (Wade Henderson es presidente de la Leadership Conference on Civil Rights, la mayor y más diversa coalición a nivel nacional de derechos civiles y humanos).

    ©2009