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¿Venezuela no aprovecha su riqueza energética?

El país debería tener un excedente de electricidad ya que cuenta con enormes reservas de petróleo y gas natural, así como considerables depósitos de carbón.

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El vicepresidente de Venezuela, Ramón Carrizález (izq.) y el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez (der.), se refirieron esta semana al racionamiento eléctrico y los planes de ahorro por parte de los organismos del Estado. 

CARACAS.- Venezuela pudiera ser un coloso de la energía, con las mayores reservas convencionales de petróleo fuera de Oriente Medio y uno de los sistemas hidroeléctricos más potentes del mundo, pero eso no ha impedido que soporte serias carencias de electricidad y agua que, al parecer, solamente están empeorando.

El Presidente Hugo Chávez ha estado enfrentando un clamor popular en semanas recientes a causa de fallas en el suministro de electricidad que, después de seis apagones a lo largo del país en los últimos dos años, están cortando la luz por horas cada día en áreas rurales y en ciudades industriales como Valencia y Ciudad Guayana. Ahora, ya se introdujo el racionamiento de agua en la capital.

El deterioro de los servicios es desconcertante para mucha gente, particularmente debido a que el país se había acostumbrado a electricidad barata y abundante, así como agua, en décadas recientes. Pero, incluso a medida que el auge petrolero estaba enriqueciendo a su gobierno y Chávez afirmó mayor control sobre empresas de servicio público y otras industrias en esta década, todo parecía indicar que los servicios públicos solamente decaían, sumándose a las frustraciones de los residentes.

Al tiempo que los ingresos del petróleo registran un descenso y la economía se desacelera, las carencias pudieran no ser reparadas en el futuro cercano. El gobierno anunció medidas de emergencia esta semana, incluyendo topes a las importaciones de sistemas de aire acondicionado, aumentos a las tarifas de consumidores de grandes cantidades de energía y la construcción de nuevas plantas impulsadas con gas, las cuales no se completarían hasta mediados de la próxima década.

También persiste el escepticismo con respecto a otro plan – enfocado al desarrollo de un programa de energía nuclear – debido a que eso requeriría del desembolso de miles de millones de dólares y amplia capacitación a los científicos venezolanos, en una época de reducciones presupuestarias y menguante producción petrolera. La potencial resistencia diplomática a la cooperación de Venezuela con respecto a temas nucleares con Irán podría desacelerar incluso más estas ambiciones.

“Estamos pagando por los errores de este presidente y sus incompetentes administradores”, dijo Aixa López, de 39 años de edad, presidenta del Comité de Víctimas de los Apagones, que ha organizado protestas en varias ciudades. En algunas urbes, los manifestantes han dejado aparatos electrodomésticos al pie de las escaleras de empresas estatales de electricidad.

En respuesta, Chávez se está embarcando en su propia cruzada, impulsando a los venezolanos a la conservación mediante burlas a sus hábitos de consumo.

Empezó su crítica el mes pasado con la cantidad de tiempo que los ciudadanos pasan lavándose la cabeza, diciendo que una ducha de tres minutos bastaba. “Los he contado y no termino apestoso”, dijo. “Yo se los garantizo”.

Después, apuntó a los ubicuos moteles de amor y centros comerciales en Venezuela, acusándolos de despilfarro. “Compren su propio generador”, amenazó, “o les cortaré la luz”.

Chávez incluso está yendo detrás de las crecientes cinturas de sus paisanos. “Cuidado con la gente gorda”, dijo el mes pasado, citando un ejemplo que había encontrado un aumento en la obesidad. “Ya es hora de perder peso a través de dietas y ejercicio”.

Mientras Chávez se centra en estos temas, la declinación de los servicios públicos de Venezuela ofrece lo que pudiera ser una visión a la “maldición de los recursos”: la idea de que algunos países con abundantes recursos naturales tienen sociedades impedidas por la discordia política, crecimiento detenido y estridentes ineficiencias.

En papel, cuando menos, Venezuela debería estar nadando en electricidad excedente. El país cuenta con enormes reservas de petróleo y gas natural, así como considerables depósitos de carbón. Su complejo en la presa de Gurí, construido con riquezas del petróleo posteriores a la guerra en los años 60, califica como uno de los proyectos de energía hidroeléctrica más grandes del mundo.

Gurí le suministra a Venezuela casi tres cuartos de su electricidad y, lo que es igualmente crucial, le permite a Venezuela exportar aproximadamente 500.000 barriles de petróleo al día que, de lo contrario, pudieran hacer falta para cubrir la demanda de electricidad.

No obstante lo anterior, expertos en energía dijeron que una combinación de negligencia y planeación deficiente llevaron a Gurí a su límite en esta década, al tiempo que otros proyectos de electricidad, incluidos varios que fueron construidos en años recientes y serían a gas natural, siguen completa o parcialmente ociosos.

El gobierno de Chávez culpa parcialmente a la escasez de lluvia de este año por los niveles más bajos del Gurí y por la disminución de las reservas de agua para Caracas. Sin embargo, ex funcionarios del gobierno de Chávez que fueron entrevistados dijeron que los problemas eran más intimidantes que la falta de lluvia.

Aseguraron que el presidente fomentó el consumo con un decreto de 2002 que congelaba las tarifas de electricidad y otros servicios públicos. Un cambio de zona horaria por parte de Chávez en 2007, con el cual se retrasaron los relojes media hora, también dio origen a un aumento en el consumo (ahora, el sol se pone más temprano aquí).

En tanto, la nacionalización puso efectivamente un alto a proyectos de energía renovable, como un plan de la AES Corp., que solía controlar la principal empresa de electricidad en Caracas, para crear una granja eólica en la península del Paraguaná. Pese al enorme potencial eólico y solar de Venezuela, la energía renovable aquí sigue siendo insignificante.

Quizá lo más significativo pudiera ser que el gobierno no ha logrado hacer uso de sus inmensas reservas de gas, las segundas mayores en el Hemisferio Occidental después de las de Estados Unidos, para alimentar las plantas existentes de generación de electricidad.

Técnicamente, resulta difícil extraer el gas de Venezuela debido a que casi 90% del mismo se asocia con petróleo, pero importantes proyectos han languidecido incluso al tiempo que el vecino de Venezuela, Trinidad, extrae con facilidad reservas de gas adyacentes. Venezuela depende de Colombia, con el cual sus lazos son cada vez más tensos, para sus importaciones de gas natural.