El pasado sábado murieron asesinados una trabajadora del organismo consular y su esposo, ambos estadounidenses, así como un ciudadano mexicano casado con otra funcionaria de la sede diplomática en Ciudad Juárez.

En su tercera visita a esta ciudad, y como respuesta al triple asesinato,  el presidente de México, Felipe Calderón, llamó a su vecino estadounidense a combatir juntos al crimen organizado, pero cada uno en su territorio.

Durante su visita a la urbe fronteriza con El Paso (Texas), Calderón aplicó el acelerador para restaurar el tejido social en la ciudad más violenta del país.

Calderón encabezó el pasado martes el análisis del programa “Todos somos Juárez; rescatemos la ciudad”, establecido tras el asesinato de 15 jóvenes en una fiesta en C. Juárez el pasado 31 de enero.

El ministro de Trabajo, Javier Lozano, anunció en la reunión que se aplicarán 91 millones de pesos (unos 7 millones de dólares) en 2010 para beneficiar a 17.808 personas con distintos programas, entre ellos empleo temporal, capacitación y préstamo de herramientas para el autoempleo.

Los representantes de las carteras de salud, educación y desarrollo también presentaron las inversiones previstas en cada sector.

A la par de esta estrategia, Calderón mantiene su plan de combatir al crimen organizado con el apoyo total del Ejército, pese a los reclamos de diversos sectores para que retire a los militares de las calles.

El miércoles, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, y la canciller mexicana, Patricia Espinosa, acordaron fortalecer la cooperación para esclarecer el asesinato de las tres personas vinculadas al consulado.

La canciller mexicana se refirió también a las críticas de la Secretaría de Seguridad de EE.UU, Janet Napolitano, sobre el resultado del despliegue militar en esa localidad, fronteriza con Estados Unidos.

Según publicó el jueves la prensa mexicana, Napolitano dijo que la presencia de militares en Ciudad Juárez no ha ayudado a frenar la violencia en esta localidad.

Las medidas al otro lado de la frontera ya se empezaron a ver.  EE.UU. canalizará 50 millones de dólares para endurecer la vigilancia fronteriza mientras el gobierno de Texas puso en marcha la primera fase de un plan de contingencia, con un aumento de patrullajes en la zona y recursos adicionales para combatir “cualquier situación potencial” de peligro .