Para los veteranos de guerra, el volver a la vida civil puede resultar intimidante.  Puede llegar a serlo más, si la guerra que han estado peleando durante los últimos varios años ha sido en contra del propio gobierno.

En Colombia, la transición modernizada de enemigo a amigo se está percibiendo como un prototipo para tratar con los previamente amargados rebeldes.

Frank Pearl, alto comisionado para la paz y alto consejero para la reintegración social y económica en Colombia, con base en Bogotá, describió el proceso.

En una “conversación” que dirigiera Louis Caldera becario principal del Center for American Progress, Pearl detalló el proceso de reintegración que ha implementado el gobierno colombiano para desmovilizar a excombatientes rebeldes en Colombia mediante la persuasión y no el combate. (http://www.americanprogress.org/events/2009/09FrankPearl.html)

Es un paso esencial hacia el establecimiento de la paz en el país, el cual ha estado plagado durante años por los conflictos armados, explicó Pearl.  Dividió el proceso en cuatro pasos principales:

• Primero, los anteriores rebeldes tienen que pasar por un programa de reintegración que se fundamenta en el derecho de la justicia y la paz.

• Segundo, para facilitarles la adaptación a la vida civil, las familias de los excombatientes, la mayoría de las cuales han sufrido la separación violenta, reciben orientación al mismo tiempo que se les supervisa.

• Tercero, el gobierno colombiano se dedica a fomentarles a los excombatientes habilidades útiles, dándoles la oportunidad de conseguir empleo y de ser miembros productivos de la sociedad colombiana.

• Finalmente, se logran los resultados de largo plazo cuando los excombatientes se convierten en buenos ciudadanos.

El concepto atrae interés a nivel mundial. Ha estado en las etapas de planificación e implementación durante más de cinco años, con apoyo de fundaciones internacionales de paz y algunos fondos de asistencia de los Estados Unidos.  Hasta la fecha, según Pearl, 50.000 excombatientes han participado en el proceso de integración.

Aquéllos que están dispuestos a dejar las armas y participar en el proceso reciben apoyo tanto psicológico como educacional, así como también reciben sus familias. En cuanto al empleo, se les pide que escojan una actividad que disfrutan y con la que pueden haber mostrado ya alguna experiencia o habilidad.

Siguen muy limitadas las oportunidades de empleo en Colombia. Alianzas con el sector privado siguen creándose. Esta labor puede resultar difícil por lo que quedan aún sentimientos de miedo y de desconfianza, pero, como describe Pearl el reto, “Tenemos que transformar el medio ambiente”.

Pearl, quien trabajó anteriormente como consejero presidencial para la reintegración y es uno de los fundadores de la junta directiva de ¡NO MAS!, tiene bastante experiencia en querer implementar soluciones alternativas al conflicto civil en su país.

El enfoque colombiano ayuda a asegurar que el excombatiente se convierta en miembro de la sociedad productivo. Pearl reconoce que existen aún muchos retos en lo que se van mejorando los resultados.  No obstante, en lo que el conflicto civil continua surgiendo en cada vez más países, éste es un ejemplo de paz que se está viendo con esperanza tanto en Colombia como en el resto del mundo.

(Camila Rodríguez Campo, colombiana, estudiante de relaciones extranjeras y finanzas en la Universidad Externado de Colombia, en Bogotá, está estudiando negocios y comercio internacionales en la American University, en Washington, D.C. Comuníquese con ella a: [email protected]).