En Filadelfia, la venta y compra de casas es un negocio y también un crimen.

Durante años, ha sido un secreto abierto que personas están vendiendo casas que no les pertenecen, muchas veces estafando a dos familias en el proceso, la que la compró y la que la perdió, y lo peor,  sin consecuencias legales.

“La oficina del Fiscal solamente enjuicia estos casos si se trata de alguien que ha vendido 10 o 15 casas”, dijo Tom Massaro, quien fue víctima de esta estafa en el invierno del 2007, cuando se encontraba hospitalizado con una enfermedad crítica.

Se enteró que su edificio en la avenida Germantown había sido vendido por un tal Charles Faust, cuando él mismo quiso venderlo, pensando que quizás no saldría más del hospital.

Aún está peleando en la corte para obtener el edificio, aunque la persona que vendió su casa fue condenada de fraude y conspiración. Eso porque es necesario entablar un proceso legal separado para anular el título fraudulento.

Irónicamente, Massaro fue director de Vivienda y Desarrollo Comunitario para el gobierno de William Green en los años ochenta. Después de un poco de investigación, supo que él no era la única víctima.

“Supe que esto había pasado miles y miles de veces en Filadelfia”, dijo.

Actualmente, y a pesar de legislación reciente que aumentó la regulación de la transferencia de títulos, cerca de 200 casas y propiedades son transferidas ilegalmente en Filadelfia cada mes, según estima la concejal María Quiñones.

Ella trabajó junto con el concejal Bill Greenlee para pasar una ley en marzo de 2008 que ahora requiere identificación y verificación de las personas que acuden al Department of Public Records para transferir el título de una propiedad.

Anteriormente, una persona podía registrar un título nuevo de propiedad, con su nombre como el propietario, sin presentar identificación, ni verificar que sí era el verdadero propietario.

“Toma unos años, pero en poco tiempo los criminales encuentran otra forma de esquivar las leyes”, dijo Lance Haver, quien es encargado de defensa del consumidor para la ciudad de Filadelfia.

Haver explicó que aunque las nuevas regulaciones sí han llevado a una baja en el número de transferencias ilegales de títulos, una nueva estrategia es utilizar de forma indebida una ley que permite la toma legal de una propiedad que está siendo utilizada por alguien que no es su propietario, si este no la está utilizando durante 20 años.

La comunidad inmigrante está entre las más afectadas por este crimen, dado que muchas personas no conocen el proceso debido para comprar una vivienda en este país.

“Si alguien te ofrece una casa en buena condición por $10 mil, o $15 mil, algo definitivamente está muy mal”, dijo Haver,.

Además, los adultos mayores, las personas con enfermedades críticas, y las familias de las personas recién difuntas suelen ser blancos fáciles, porque los criminales buscan casas abandonadas.

La oficina del Fiscal de Filadelfia no respondió a repetidas llamadas de AL DÍA.

Además se puede evitar problemas con el título comprando una póliza de seguro de título, la cual protege el derecho a la propiedad de la persona que la compró.

Haver agregó las transferencias ilegales son hechas para obtener una propiedad después de la muerte de un familiar.