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OEA advierte a Micheletti sobre salida a crisis

Insulza instó a ambas partes a dialogar "sin intenciones ocultas, con buena voluntad".

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El secretario general de la Organizacion de Estados Americanos (OEA), José Miguel Inzulsa, participa en los diálogos para tratar de encontrar una salida a la crisis política de Honduras.

 

El diálogo entre delegados del
presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, y del depuesto
gobernante, Manuel Zelaya, comenzó el miércoles en Tegucigalpa bajo la
advertencia de la Organización de Estados Americanos (OEA) de que
deben lograr pronto una salida para no empeorar la crisis.

Si no se resuelve la crisis "llegaremos a un final que no por
anunciado será profundamente negativo" para Honduras, señaló el
secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en su discurso en
la instalación de la reunión.

Insulza reafirmó que es necesario "volver a la institucionalidad
democrática que imperaba con anterioridad" al derrocamiento de
Zelaya, el pasado 28 de junio, y así "terminar con sanciones que
nunca" hubieran querido imponer a Honduras, suspendida de la OEA,
entre otras medidas de la comunidad internacional.

El titular de la OEA encabeza una misión de cancilleres y
representantes de países americanos, España y las Naciones Unidas
que asistió al inicio del diálogo, tras dos intentos fracasados en
Costa Rica bajo los auspicios del presidente de ese país, Óscar
Arias, mediador en el conflicto.

Insulza instó a ambas partes a dialogar "sin intenciones ocultas,
con buena voluntad", porque, insistió, la crisis "ha creado una
situación insostenible" para el país.

El canciller del Gobierno de facto, Carlos López, pidió, también
en su discurso, que "a la mayor brevedad" cesen "las medidas
discriminatorias establecidas desde el extranjero contra Honduras",
porque "afectan a la población más pobre".

"Ese trato discriminatorio ha supuesto daños al pueblo hondureño
en exceso de los 400 millones de dólares", aseguró López, sin
ahondar al respecto.

Reiteró la petición de que "se normalice la situación al interior
de la misión del Brasil en Tegucigalpa (donde permanece Zelaya), de
acuerdo a lo que establecen las convenciones sobre el derecho de
asilo".

López demandó "que se desarme, si es que todavía no se hubiere
hecho, a los extranjeros (sin precisar detalles) y nacionales que
irregularmente se hallan al interior de la misión de Brasil", donde
"sólo funcionarios del Brasil deberían ejercer autoridad, y en el
exterior, sólo las autoridades hondureñas".

Insulza pidió que en el diálogo "se consideren todos los puntos
planteados en el Acuerdo de San José", propuesto por Arias en julio.

Recordó que "el acuerdo es claro en cinco aspectos: primero, el
restablecimiento del presidente elegido por el pueblo hondureño"; la
formación de un gobierno de unidad nacional, la "garantía" de Zelaya
de no promover una Asamblea Constituyente, amnistía política y
mecanismos de supervisión internacional.

"Queremos que se busquen consensos claros sobre estos puntos",
subrayó el titular de la OEA.

El ministro de Gobernación (Interior) de Zelaya y cabeza de su
delegación, Víctor Meza, dijo que acude al diálogo "para ver hacia
adelante" y utilizar este mecanismo "como la salida más adecuada"
para la crisis.

"Lo importante es no traicionar ni abandonar el espíritu del
Acuerdo de San José, esa es nuestra posición", puntualizó Meza, en
referencia a que el Gobierno de facto, que convocó oficialmente el
diálogo, lo llama Acuerdo Guaymuras, por el antiguo nombre del país.

El ministro de Estado para Relaciones Exteriores de Canadá, Peter
Kent, dijo tener "la sensación de que todos los involucrados
entienden que está cerca el momento en que esta crisis se tiene que
resolver ya".

"Este año ha sido difícil para Honduras, pero los últimos meses
de 2009 pueden ser positivos", consideró Kent, quien asistió a la
apertura del diálogo como presidente pro-témpore del G-16, el grupo
de países y organismos que brindan cooperación a Honduras.

Poco antes de iniciarse el diálogo, el frente de resistencia
popular que apoya a Zelaya advirtió de que la restitución de éste
"no es negociable".

Los representantes de Micheletti son la ex presidenta de la Corte
Suprema de Justicia Vilma Morales, el empresario Arturo Corrales y
al abogado Armando Aguilar, mientras que a Zelaya lo representan,
además de Víctor Meza, su ministra de Trabajo, Mayra Mejía, y el
sindicalista Juan Barahona.

Barahona denunció a la prensa que la policía dispersó con gas
lacrimógeno en la embajada de EE.UU. una manifestación de decenas de
personas que rechazan el golpe de Estado.

La policía también impuso un riguroso cordón de seguridad en los
alrededores y dentro del hotel que alberga el diálogo, que busca una
salida política negociada a la crisis hondureña, que ha entrado al
cuarto mes.