El presidente de Panamá, Ricardo
Martinelli, cumple mañana, jueves, cien días de Gobierno en un país
que no ha visto muchas novedades en este periodo, salvo el profundo
cambio de estilo imprimido por el propio gobernante en la forma de
administrar el Estado.

Analistas consultados por Efe indicaron que Martinelli ha
demostrado capacidad de acción y de imponer una nueva forma de hacer
política, pero también mucha improvisación, al tiempo de señalar que
los cien días no han dejado respuestas a problemas como el de la
seguridad ciudadana, el desempleo o el alto costo de la vida.

El presidente ha encabezado en primera persona operativos
policiales; ha aumentado el salario de policías y aprobado un
subsidio de cien dólares para ancianos de pocos recursos, mientras
su Gobierno cerraba en este tiempo, según la Contraloría, 112
contratos directos y sólo 2 mediante licitación.

El Partido Revolucionario Democrático (PRD), el principal de la
oposición, ha arremetido contra Martinelli, al que acusa de "show
mediático" al encabezar las confiscaciones.

Sin embargo, y a falta de encuestas recientes, la consultora
Mitofsky, colocaba en septiembre a Martinelli como el cuarto
gobernante mejor considerado de la región con un 77 por ciento de
aprobación, sólo por detrás del salvadoreño Mauricio Funes, del
brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y de la chilena Michelle
Bachelet.

"Estamos frente a una Administración que ha demostrado una gran
capacidad de acción en medio de un alto nivel de improvisación que
no armoniza con las espectativas creadas", dijo a Efe el analista
Miguel Antonio Bernal.

Según Bernal, Martinelli "ha dejado en segundo plano los aspectos
que para la población resultan más urgentes: la seguridad, el costo
de la vida, y el desempleo", y ha protagonizado "comportamientos que
van contra la institucionalidad", en alusión a las confiscaciones.

Además, criticó que Panamá no tiene una política exterior
definida y va "en contra de la dinámica internacional", al afirmar
que reconocerá el resultado de las elecciones del 29 de noviembre en
Honduras "si son transparentes".

En materia exterior, Martinelli ordenó, como había prometido
durante la campaña, la salida de Panamá del Parlamento
Centroamericano (Parlacen) por ser "inoperante" y "costoso".

Su primer viaje oficial al exterior fue a Costa Rica, a conocer
el sistema público de salud y también visitó Italia para
entrevistarse con el Papa Benedicto XVI y el primer ministro
italiano, Silvio Berlusconi, del que dijo en una entrevista con el
diario Il Giornale que era "el mejor presidente que ha tenido" ese
país.

Martinelli hizo ese viaje acompañado de una larga comitiva de
ítalo-panameños que, según el Gobierno, se pagaron los gastos del
viaje, algo que no evitó las críticas en el país, en los que para el
analista José Isabel Blandón fue "una novatada" producto de la
inexperiencia del presidente.

"En términos generales, el Gobierno de Martinelli ha introducido
una forma de hacer Gobierno nueva, caracterizada por una fuerza
emergente sin una clara definición ideológica a pesar de que
representan fuerzas tradicionalmente conservadoras", dijo a Efe
Blandón.

El analista señaló que Martinelli se ha apoderado de "banderas
socialdemócratas" en su política interior al habilitar subsidios,
aumentar las inversiones públicas en infraestructuras y tratar de
perseguir a aquellos que no pagan impuestos, pero que en el exterior
es "más conservador".

"La mayoría de los panameños piensan todavía que Martinelli
representa el cambio", dijo, al destacar, no obstante que la
seguridad y el costo de la vida "son el talón de Aquiles" del
presidente.

En la calle, los panameños coinciden en que cien días es poco
tiempo para evaluar el desempeño del gobernante, pero su forma de
dirigir el país no deja indiferente a nadie.

Alejandro Kirpon, un pintor de 43 años, aseguró que él no ve
ningún cambio, que el costo de la canasta básica sigue alto pese a
que Martinelli prometió que bajaría y que "la criminalidad sigue en
el piso".

Fabio Riaño, colombiano afincado en Panamá, tiene sus dudas sobre
si la asesoría de Martinelli en materia internacional es la mejor,
pero respalda completamente el estilo del gobernante.

"Él ha bajado a la calle, no está arriba como los presidentes en
otros países. Este es un país pequeño y aquí el presidente puede
hacer estas cosas, si el país fuera más grande tal vez no, pero
aquí, no hay problema", dijo.