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Presión al G-20 para reforma de FMI

Brasil sería uno de los grandes beneficiados con la nueva redistribución del voto en el FMI, junto con China, Rusia e India, pues son naciones que han tenido…

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Diferentes grupos de manifestantes marcharon el jueves cerca al Centro de Convenciones David L. Lawrence de Pittsburgh, donde se desarrolla la Cumbre del G20. En la foto un grupo de defensores de la causa tibetana.        

Brasil, México y Argentina presionaron el jueves para lograr un compromiso de reforma del FMI en la cumbre del G-20, que se realiza hasta el viernes en la ciudad de Pittsburgh (Pensilvania, EE.UU.) y cuyo borrador de declaración final aboga porque los países ricos transfieran “por lo menos” un 5 por ciento de su voto a las naciones en desarrollo “dinámicas”.

La cesión de ese porcentaje sería un logro importante, dijo a la prensa Marco Aurelio García, asesor especial del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, pese a que su país había solicitado un movimiento del 7 por ciento.

“Si queremos cambios sustantivos (en el sistema financiero mundial) necesitamos organismos que realicen esa reforma”, dijo García con relación al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial.

Brasil sería uno de los grandes beneficiados con la nueva redistribución del voto en el FMI, junto con China, Rusia e India, pues son naciones que han tenido un crecimiento mayor que la media mundial en la última década, pero cuya representación en el organismo no ha crecido a la par.

“Apoyamos un cambio significativo en las cuotas de por lo menos un 5 por ciento de los países sobre-representados a los mercados emergentes y países en desarrollo dinámicos infra-representados en la próxima revisión de las cuotas, a ser completada en enero de 2011”, afirma el borrador.

Las cuotas determinan el poder de voto en la entidad.

Los países sobre-representados son pequeñas naciones europeas, como Bélgica, Dinamarca y Suiza, que tienen más influencia en el Fondo que lo que les correspondería puramente por el tamaño de sus economías, y son ellos los que se resisten más a los cambios.

Estados Unidos no perdería poder con la reforma, puesto que su casi 17 por ciento de voto en el Fondo es inferior al porcentaje que representa su Producto Interno Bruto (PIB) en la economía mundial.

Washington fue el aliado más potente de los países emergentes en la redistribución del poder en el seno del FMI, donde, al superar el 15 por ciento, su porcentaje de voto le da el derecho de veto en la práctica de las decisiones de mayor transcendencia.

Argentina también aboga por la reforma del Fondo, aunque su interés especial es que se flexibilicen las condiciones por las cuales los países pueden recibir sus préstamos.

México se benefició ya de un pequeño reajuste del voto en el organismo, por lo que nuevos cambios en las cuotas no son su prioridad, según dijo a Efe una fuente gubernamental.

Más le interesa que se refuercen las arcas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dado que buena parte de los recursos adicionales se traducirían en préstamos para el desarrollo en su territorio.

Argentina también vino a la reunión con un asunto paralelo de interés especial: las negociaciones con el Club de París, que agrupa a Gobiernos para renegociar su deuda en mora con esos países.

Está previsto que el ministro de Economía de Argentina, Amado Boudou, se reúna hoy con su par francesa, Christine Lagarde, para tratar el tema.

La deuda en suspensión de pagos suma unos 6.900 millones de dólares (4.726 millones de euros), que podrían elevarse hasta 8.000 millones (5.479) por los intereses de mora, según fuentes financieras privadas en Buenos Aires.

Otro de los temas importantes de la región es frenar las tendencias proteccionistas exhibidas por los países ricos como respuesta a la crisis.

El viernes se hará pública una declaración del G-8 en la que naciones en desarrollo piden un compromiso con la apertura de mercados y la ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC), según dijeron fuentes brasileñas.

El borrador de la declaración del G-20, consensuado por los ministerios de Economía en los últimos días, pide la aplicación rápida del programa de 250.000 millones de dólares en créditos al comercio acordada en la cumbre de Londres, en abril.

No obstante, Lula y la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, aprovecharon las horas previas en Pittsburgh para reunirse con líderes sindicales de Estados Unidos y otros países, que celebraron una cita paralela.

ONU teme menos asistencia a los países pobres

La Campaña del Milenio de la ONU expresó el jueves su temor de que los países ricos no incrementen la ayuda prometida a las economías más empobrecidas durante la cumbre del G-20 y aumenten los problemas de las principales víctimas de la crisis global.

“Mientras que a nivel mundial la crisis económica comienza a remitir, la situación está empeorando para los países pobres, ya que son ellos los que están soportando la mayor carga de una crisis generada por algunos ricos en algunos de los países más ricos”, dijo el director de la Campaña, Salil Shetty.

La Campaña, establecida por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan en 2002, indicó que “a menos que los países ricos acuerden en esta reunión asignar recursos adicionales, es probable que entreguen 33.000 millones de dólares menos de ayuda de lo prometido a los más pobres”.

También señaló que las medidas previstas por el G-20 para ayudar a los países pobres a afrontar la crisis pudieran incrementar su deuda.

Según datos de la Campaña del Milenio de las Naciones Unidas, la asistencia a esas naciones podría disminuir en al menos 15.000 millones de dólares a lo largo de 2010, debido ésta se computa en su mayoría como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) de los donantes y es una partida neta que en 2009 ha disminuido debido al impacto de la crisis.