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Latinoamérica reclama un nuevo mundo en el que tenga más poder

Durante la 64 Asamblea General de las Naciones Unidas, los gobernantes latinoamericanos hicieron una enérgica defensa de un nuevo mundo multipolar y de la…

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El presidente de Brasil lanzó un duro reproche a los países más ricos por resistirse a afrontar una reforma de los organismos internacionales que los convierta en “más democráticos y representativos”.

Los presidentes de Venezuela, Panamá, Guatemala, Costa Rica y Paraguay expusieron el jueves ante la Asamblea General de la ONU su visión sobre el multilateralismo y los problemas regionales, especialmente la situación en Honduras.

La petición de reforma de las instituciones internacionales para hacerlas más democráticas y con más poder de los países en desarrollo fue mayoritaria en el foro de debate que reunió a dirigentes de 192 países esta semana en Nueva York.

La situación de Honduras estuvo presente en la mayoría de los discursos de los gobernantes latinoamericanos, que piden que aumente la presión de la ONU para que regrese al poder el presidente constitucional, Manuel Zelaya, derrocado el pasado 28 de junio.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó el jueves que la ONU “ya no huele a azufre, sino a esperanza”.

Chávez recordaba así su última intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2006, en la que dijo que la tribuna de la ONU “olía a azufre”, un día después de que pronunciara allí su discurso el entonces mandatario de Estados Unidos, George B. Bush, al que calificó de “diablo”.

El gobernante venezolano afirmó que “la revolución está en marcha” en América Latina y el Caribe” y reclamó la inmediata vuelta al poder del presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, derrocado el pasado 28 de junio.

También denunció ante la tribuna de la ONU lo que denominó como las “siete bases militares estadounidenses en Colombia” y pidió al presidente estadounidense, Barack Obama, que cambie su política y favorezca la paz en la región.

En la misma jornada, el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, aseguró ante la ONU que su idea es gestionar su país como un empresario y no como político, y que su objetivo es “cambiar la manera de hacer las cosas” en esa nación centroamericana.

“Soy un empresario, no un político. He incursionado en la política, para cambiar la manera de hacer las cosas”, dijo Martinelli, quien ante la Asamblea General de la ONU se describió como “un hombre simple y directo” que cree que “el tiempo es corto y vale oro”.

Por su parte, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, instó el jueves a la comunidad internacional a volcarse en el combate del cambio climático, convencido de que sus efectos serán “mucho más devastadores” para las generaciones futuras que la actual crisis económica.

La defensa de un compromiso global frente al calentamiento del planeta fue uno de los ejes del discurso que Zapatero pronunció ante la Asamblea General de Naciones Unidas, donde aseguró también que la comunidad internacional no aceptará el “golpe antidemocrático de Honduras”, abogó por el reconocimiento de un Estado palestino y apostó por un mundo “libre de armas nucleares”.

El miércoles los mandatarios de la región hicieron una enérgica defensa de un nuevo mundo multipolar y de la reforma de las instituciones internacionales que ceda más poder a los países en desarrollo.

“Un nuevo mundo es un imperativo político y moral”, afirmó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien inuguró la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su primera intervención en la ONU, hizo un llamamiento para abrir “una nueva era de cooperación” que afronte los desafíos comunes y se declaró dispuesto a actuar “de modo valiente y colectivo”.

Lula lanzó un duro reproche a los países más ricos por resistirse a afrontar una reforma de los organismos internacionales que los convierta en “más democráticos y representativos” para abordar la reorganización del sistema monetario internacional.

Lula reiteró también su reivindicación histórica de ampliar el Consejo de Seguridad, el principal órgano decisorio de la ONU, y que Brasil tenga un asiento permanente allí.

Sesenta y cinco años después, dijo, el mundo no puede estar sujeto a las mismas reglas y valores que prevalecieron en la Conferencia de Bretton Woods y tras la Segunda Guerra Mundial, denunció.

En su defensa salió a continuación el líder libio, Muammar Gadafi, que afirmó, que “Latinoamérica debería de tener un sitio permanente” en ese órgano de la ONU, aunque mantuvo que el poder del Consejo de Seguridad se debe trasladar a la Asamblea General, en la que están representados todos los países.

El diálogo multilateral debe volver al centro de la política mundial, porque “si la globalización desbocada en lo financiero ha provocado la crisis que vivimos, la acción unilateral y el desprecio por las instituciones ha significado conflictos que no queremos que se repitan”, dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet.

Chile, agregó, apoya con fuerza la reforma y el fortalecimiento de Naciones Unidas, así como la ampliación del Consejo de Seguridad, club en el que solo están representados como miembros permanentes Francia, China, Estados Unidos, Reino Unido y Rusia.

El mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, expresó también su adhesión a un proceso de reforma de Naciones Unidas y al multilateralismo, que abarca también la liberalización del comercio.

“El proteccionismo es al comercio lo que el autoritarismo es a la democracia”, subrayó.