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Amarga celebración de independencia

Centroamérica celebra su fiesta patria sumida en crisis, violencia y hambre.  

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Centroamérica celebra el martes su 188
aniversario de la independencia de la Corona española, sumida en la
violencia generalizada, una crisis política que ha puesto en vilo la
democracia en Honduras, y una emergencia alimentaria en Guatemala
que ha causado la muerte de al menos 25 niños.

Pese a las situaciones adversas que viven los cinco paísescentroamericanos, los escolares y autoridades de estas naciones se
han volcado a las calles para, con gallardos desfiles y actos
oficiales, celebrar sus fiestas patrias.

Aunque cada país padece de problemas particulares, los efectos de
la crisis financiera internacional, que han generado mayores niveles
de pobreza, y la violencia generalizada, que han hecho del istmo una
de las zonas más violentas del mundo, se fijan como telón de fondo
de la conmemoración.

En Honduras, la polarización política y social derivada del golpe
de Estado en contra del presidente constitucional Manuel Zelaya, el
pasado 28 de junio, se acentúa en esta fecha.

Por una parte, el Gobierno de facto que preside el conservador
Roberto Micheletti, designado por el Parlamento de ese país horas
después de derrocar a Zelaya, ha organizado un desfile
"cívico-militar", que recorrerá las principales calles de
Tegucigalpa y concluirá en el Estadio Nacional de esa ciudad.

En tanto que los grupos de la sociedad civil aglutinado en el
denominado Movimiento de Resistencia Popular, que rechazan la
ruptura del orden constitucional, y reclaman el regreso de Zelaya al
poder, realizarán una actividad paralela para conmemorar la fecha.

La "Antorcha de la Libertad" que tradicionalmente recorre
Centroamérica, no pasó este año por tierras hondureñas, ya que los
gobiernos de la región no reconocen a la Administración de
Micheletti.

La tea, que salió de Guatemala a principios de septiembre, fue
entregada por el Gobierno de El Salvador a funcionarios del depuesto
presidente Zelaya en tierras nicaragüenses.

En Guatemala, en donde el 15 de septiembre de 1821 las coloniascentroamericanas se declararon independientes de la Corona española,
el hambre acecha a más de 400.000 familias pobres del interior del
país, que debido a la sequía han visto perder sus cosechas de maíz y
fríjoles, granos en que los basan su dieta.

El Gobierno del presidente Álvaro Colom, decretó la semana pasada
el estado de calamidad pública para hacer frente a la crisis
alimentaria y ha pedido el apoyo financiero de la comunidad
internacional.

El hambre, que afecta a más de dos millones de guatemaltecos que
forman parte del 16 por ciento de la población que vive en
condiciones de pobreza extrema, se ha cobrado la vida de al menos 25
niños, y amenaza con correr la misma suerte al 1,3 por ciento de los
menores de la zona afectada.

En El Salvador, el país más pequeño de la región, la
independencia se celebrará en medio de un ambiente de violencia,
pues según las estadísticas oficiales, cada día se registra un
promedio de doce asesinatos.

El flagelo de la violencia es uno de los puntos débiles de la
administración del presidente Mauricio Funes del izquierdista
partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, que
apenas hace una semana cumplió sus primeros cien días al frente del
Gobierno.

En la empobrecida Nicaragua, la Independencia es celebrada con la
noticia de la reducción del analfabetismo al 3,5 por ciento, índice
que según el presidente Daniel Ortega, se ha logrado disminuir en
los últimos años gracias a la participación de los jóvenes.

Ese avance en materia social se ve ensombrecido por el hambre que
afecta a miles de nicaragüenses, y que amenaza con provocar una
situación de crisis alimentaria si el Gobierno no cuenta con un plan
ante el fenómeno de El Niño.

Costa Rica, el país más estable de la región, al igual que sus
vecinos festejará la independencia con desfiles escolares, pero en
medio de una polémica suscitada por una iniciativa para declarar al
país como "un Estado laico".

La Carta Magna costarricense, que data de 1949, establece en su
artículo 75 que "la religión católica, apostólica y romana es la del
Estado, el cual contribuye a su mantenimiento".

La iniciativa, que es promovida por 13 diputados de diferentes
partidos, es rechazada por la jerarquía de la iglesia católica y
apoyada por el presidente Óscar Arias, y la mayoría de los
candidatos que se disputarán la Presidencia de ese país en las
elecciones de febrero próximo.

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