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Represores chilenos condenados a prisión

El ex jefe de la policía secreta de la dictadura tendrá que pagar 15 años de prisión.

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La Corte Suprema de Chile
condenó el lunes a 15 años de prisión al ex jefe de la DINA, Manuel
Contreras, por los delitos de secuestro y homicidio de dos
opositores al régimen militar, cargos que también imputó a otros
miembros de la cúpula de la,
informaron fuentes judiciales.

En fallo dividido, el alto tribunal chileno condenó al jefe de la
represión durante la dictadura de Augusto Pinochet a cinco años y un
día de presidio como autor del secuestro del dirigente del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Sergio Pérez,
perpetrado el 22 de septiembre de 1974.

Por el mismo delito, fue condenado a cinco años y un día el ex
agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), el coronel
jubilado Miguel Krassnoff, y el ex agente Ciro Torré, a quien se
concedió el beneficio de la libertad vigilada.

La Corte Suprema también condenó a Contreras, que cumple cárcel
por varios casos de derechos humanos, a diez años y un día de
prisión por su responsabilidad como autor del homicidio calificado
de Lumi Videla, esposa de Pérez, cometido el 3 de noviembre de 1974.

En este caso y por el mismo delito los magistrados condenaron a
diez años y un día de prisión a los agentes de la Dina Miguel
Krasnoff, Cristoph Willike, Francis Ferrer Lima y Marcelo Moren
Brito e impuso, además, una condena a cinco años y un día de prisión
contra el suboficial retirado Basclay Zapata.

El asesinato de Lumi Videla se convirtió en Chile en un caso
emblemático por la crueldad con que actuaban los encargados de la
represión bajo el régimen de Pinochet (1973-1990).

Lumi Videla Moya, de 28 años, profesora y también dirigente del
MIR, murió el 3 de noviembre de 1974 en una sesión de tortura en un
cuartel de la DINA.

Después, los agentes lanzaron el cadáver de la víctima al
interior de la embajada de Italia, que en ese tiempo acogía a varios
centenares de asilados políticos, y el régimen militar hizo circular
la versión de que el homicidio había ocurrido en una orgía de los
refugiados.

El cadáver de Videla estaba maquillado y ataviado con un vestido
de fiesta, según testimoniaron posteriormente los asilados en la
embajada.

Desde el día siguiente a la detención de Videla, su esposo,
Sergio Pérez Molina, también dirigente del MIR, se encuentra
desaparecido.