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Paraíso del Pacífico en peligro

Gatos, cerdos y ratas amenazan el ecosistema de Isla del Coco.

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Cardúmenes de atún paseándose por las aguas de la Isla del Coco, situada en el Pacífico, a 535 kilómetros de la costa de Costa Rica.

 

A primera vista lucen
inofensivos; gatos, cerdos, venados y ratas son animales comunes que
habitan en todo el mundo, pero que en la Isla del Coco constituyen
una peligrosa amenaza a la rica biodiversidad de este paraíso del
Pacífico.

Y es que ninguno de estos animales es nativo de la pequeña isla,
situada a 535 kilómetros de la costa de Costa Rica, sino que han
llegado de la mano del hombre a través de los siglos.

De acuerdo con el ingeniero forestal, Víctor Hugo Montalbo, unos
300 años atrás los piratas introdujeron en el Coco cerdos, venados,
ratas y gatos, que ahora están aniquilando su biodiversidad.

"Los cerdos escarban el suelo, por lo que destruyen las raíces y
las pequeñas plantas. El venado come brotes tiernos, mientras que
las ratas y los gatos son pequeños depredadores que consumen
insectos, huevos y, en el caso de los felinos, hasta pájaros", dijo
Montalbo.

La isla, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la
Unesco, tiene una rica vegetación, con 235 tipos de plantas en sólo
24 kilómetros cuadrados.

Además, buena parte de su tesoro biológico es único en el mundo.
De las 1.700 especies que habitan en el Coco, tanto terrestres como
marinas, 178 (10,5%) son endémicas.

Esta particular biodiversidad, que cautivó de tal manera al
famoso científico francés Jacques Cousteau como para dejar su firma
en una piedra, vive ahora bajo la amenaza de los animales invasores,
pues en el ecosistema original de la isla no hay mamíferos.

El guardaparques Geinner Golfín relató que la otra gran amenaza
del Coco la constituyen los pescadores que llegan en busca de atún y
tiburones a pesar de ser una zona protegida.

"Los barcos utilizan líneas de pesca que matan a cualquier tipo
de pez y hasta tortugas", se lamentó Golfín, y agregó que cuando los
funcionarios llegan a rescatar a los animales "a veces siguen vivos,
pero acaban muriendo por las heridas de las cuerdas".

A pesar de sus múltiples atractivos, la Isla del Coco es famosa
sobre todo por su fauna marina. En sus diáfanas aguas se pueden
encontrar más de 250 especies de peces, entre los que destacan el
tiburón ballena, el martillo, los delfines y las manta rayas.

Es precisamente la abundancia de recursos lo que atrae a los
pescadores, pues en poco tiempo pueden recoger más cantidad de peces
que en cualquier otro lugar, afirmó Golfín.

Keylor Morales, otro de los guardaparques, reconoció que
preservar el Coco es una tarea difícil pues el personal que vive en
la isla, un total de 25 personas, "trabajan con recursos muy
limitados".

Morales confesó que tanto él como sus compañeros realizan este
trabajo "por amor", pues a menudo sus dos embarcaciones "tienen que
enfrentarse contra 20 barcos de pesca".

La vida en el Coco, comentó, es complicada por su lejanía de la
tierra continental y la difícil conexión con ésta.

Los funcionarios cuentan con servicio de internet, pero la línea
telefónica que tenían dejó de funcionar en enero y aún no ha llegado
nadie a repararla.

Además, los trabajadores dependen de los barcos que llevan
turistas para poder regresar al territorio continental en sus días
libres, porque las embarcaciones del Gobierno no están capacitadas
para realizar el viaje de 38 horas que requieren para volver a sus
hogares.

Estos funcionarios tampoco cuentan con un adecuado servicio
médico. En 1997, el administrador de la isla en 1997, Joaquín
Alvarado, murió en ella tras sufrir una caída en el nivel de azúcar
en su sangre.

Su hermano, Eduardo Alvarado, sigue trabajando en el Coco y
explicó que ese día tenía que llegar con la insulina un avión
gubernamental que nunca arribó, por lo que Joaquín murió al cabo de
ocho horas en sus brazos.

A pesar de los inconvenientes de vivir en este pequeño trozo de
tierra en medio del Pacífico, los funcionarios aseguran que aman la
isla y no piensan en abandonarla porque cada día descubren en ella
"cosas nuevas y bellas".

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