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Respira bien en la escuela

Abogan por ambiente seguro para menores asmáticos con regreso a clases.

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El regreso a clases, y el aumento de
actividades que conlleva, puede ser una preocupación para muchos
padres cuyos hijos padecen asma, por lo que las autoridades
sanitarias recomiendan tomar medidas para hacer que las escuelas
sean un lugar más seguro.

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC),
con sede en Atlanta, el asma es una de las principales causa de
ausentismo escolar en Estados Unidos, donde en promedio, tres niños
es posible que padezcan la enfermedad en una clase de 30 alumnos.

El asma es la enfermedad crónica más común entre niños y
adolescentes en Estados Unidos, donde cerca de 5,6 millones de
menores en edad escolar reportaron padecerla en 2006.

Las minorías, los menores de comunidades de bajos recursos y los
que viven en ciudades son más propensos a acudir a servicios de
emergencia, ser hospitalizados o morir a causa de un episodio de
asma, de acuerdo con cifras de los CDC.

Según estimados de las autoridades sanitarias, entre los años
2005 y 2007, los niños afroamericanos y los hispanos tuvieron una
prevalencia en la incidencia de asma que entre los menores blancos.

Por ello, los CDC aconsejan prestar atención a los posibles
síntomas que pueden indicar que un menor tiene asma.

Si bien el asma puede ser difícil de diagnosticar, especialmente
en niños pequeños, los síntomas ante los que se debe estar alerta
incluyen tos, sibilancia (un sonido como silbido que puede
escucharse al respirar), la falta de aire y el dolor u opresión en
el pecho, de acuerdo con la Academia Americana de Alergias, Asma e
Inmunología (AAAAI).

Los ataques de asma pueden desencadenarse al exponerse a agentes
en el ambiente como ácaros del polvo, humo de tabaco, pelo de
animal, olores fuertes, químicos y moho.

Cuando un menor padece de asma y no recibe el tratamiento
adecuado, podría afectar y limitar las actividades en las que puede
participar, así como su bienestar y desempeño escolar, advierten.

Asimismo, algunas de las actividades físicas escolares pueden
convertirse en un detonante del asma, que causa la inflamación y el
cierre de las vías respiratorias y dificultar la respiración,
advierten los CDC.

Además de visitas regulares al médico para recibir un diagnóstico
y tratamiento adecuado, los CDC señalan que los maestros y el
personal escolar pueden jugar un papel importante para mantener la
enfermedad bajo control.

Entre las medidas recomendadas por los CDC, está una mejor
coordinación y comunicación con los servicios de salud de la escuela
para asegurar una reacción apropiada ante un episodio.

Asegurarse de que los menores aprendan a utilizar sus
medicamentos de forma apropiada para prevenir ataques de asma es
otra de los consejos de los CDC.

Para ayudar a los menores que padecen asma a reducir los factores
que pueden desencadenar un episodio en la escuela, las autoridades
aconsejan a los centros educativos a llevar a cabo esfuerzos para
promover un ambiente sano, así como actividades físicas que no les
expongan para reducir los riesgos.

Los CDC aconsejan a las escuelas coordinar los esfuerzos con los
padres de familia para establecer un ambiente más seguro para los
niños con asma.