En la mira de toda la nación, Washington, D.C. se ha consumido con el tema de la salud – para el bien o para el mal, en particular para el mal para los que no tienen los medios.

    Mientras tanto, siguen sin tener seguro médico 45 millones de personas, la mayor parte de ellas personas de color. Según los Centros para el Control de las Enfermedades, el 30,4 por ciento de los hispanos y el 17 por ciento de los negros no tienen seguro médico.

    El discurso de hora punta del presidente el 22 de julio intentó volver a enfocar el tema y presionar al Congreso a aprobar una reforma comprensiva del sistema de salud nacional cuanto antes. Sirvió para realzar la batalla partidaria que se libra en el Capitolio.

    “Yo comprendo lo fácil que es para esta ciudad consumirse con el juego de la política”, le dijo Obama al público estadounidense por televisión. “He oído que un…senador republicano dijo que el vencer la reforma del sistema de salud es para ‘romperme’ a mí”.

    Obama realzó la importancia de formular el primer proyecto de ley de reforma de la salud en 15 años y el tener el respaldo de la American Medical Association como batallas ganadas, pero se retractó de su insistencia sobre una fecha límite de agosto para que los legisladores completaran el proyecto de ley en ambas cámaras.

    El presidente y sus opositores han estado corriendo por conseguir el favor de la base con la esperanza que la opinión pública impulse el debate para favorecerlos. Durante las últimas semanas se han visto propagandas por televisión, manifestaciones y ruedas de prensa para promover sus perspectivas en oposición sobre un plan de la administración que mantiene asegurará al 97 por ciento de la población estadounidense.

    En la capital de la nación, grupos de base han aumentado la presión. El 21 de julio, la Cámara de Comercio de EE.UU. lanzó su campaña en oposición a lo que llama la reforma “irresponsable”. Esa misma fecha, el Center for American Progress condujo una teleconferencia enfatizando los efectos positivos de una iniciativa comprensiva de cuidados médicos para las comunidades de color.

    Jennifer Ng’andu del Consejo Nacional de La Raza fue una de los panelistas durante la teleconferencia. Ng’andu le dijo a Hispanic Link News Service que las inmensas disparidades para las comunidades de color están atendidas directamente en la versión del comité sobre la salud de la Cámara del proyecto de ley.

    Otro reportaje, que emitiera Health Care for America Now (HCAN), una organización de base que se dedica a la cobertura comprensiva para todos, citó los perjuicios para las comunidades de color si no se cubre a todos.

    El reportaje de HCAN citó la falta de una opción a costo razonable de seguro médico como la razón principal de las disparidades. El grupo también dijo que la batalla en Washington era contraproducente a la verdadera reforma, diciendo que, “En el Capitolio, el público estadounidense es testigo de un conflicto histórico de grupos de intereses especiales en Washington que se pelean por proteger sus vertientes de ingresos”.

    Del otro lado del tema, el presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU., Bruce Josten emitió una declaración que decía, “Un plan que maneje el gobierno causará que los negocios recorten empleos y podría perjudicar seriamente nuestra recuperación económica”. Esto, argumentan los adversarios, a pesar del hecho que seguro médico a costo más bajo ofrecería ahorros para todos, incluso para miembros de la Cámara de Comercio.

    El presidente del grupo Americans for Limited Government, Bill Wilson, emitió un comunicado que pide que todos los que voten a favor de la opción pública “prescindan su derecho de participar en el Programa de Beneficios Médicos para Empleados Federales y acepten apuntarse a esa opción pública”. Wilson dejó de notar que aquel programa de beneficios para empleados federales es una opción pública que maneja el gobierno.

    (Erick Galindo es reportero con Hispanic Link News Service con base en Washington, D.C.)

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