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Zelaya quedó "atascado" en la frontera

Honduras sigue a la espera de los movimientos del presidente depuesto Nicaragua.

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Honduras continúa hoy a la espera ante la insistencia del depuesto presidente, Manuel Zelaya, de intentar regresar a su país desde Nicaragua para retomar el poder tras el golpe de Estado del 28 de junio pasado.

Mientras Zelaya pidió hoy en El Ocotal, localidad nicaragüense fronteriza con Honduras, que EE.UU. actúe "con fuerza" contra los golpistas, sus seguidores siguen tratando de llegar hasta el puesto aduanero de Las Manos, por donde ingresó brevemente el viernes a suelo hondureño.

"Este movimiento no se rendirá, el presidente entrará al país con su pueblo", dijo a Efe el dirigente campesino Rafael Alegría, miembro del movimiento que apoya a Zelaya, que exige ser restituido.

Advirtió de que "las movilizaciones para someter al régimen golpista continuarán en todo el país, la gente sigue llegando a pesar del estado de sitio que hay" en la región fronteriza, y denunció que "los militares están reprimiendo al pueblo".

Zelaya volvió ayer a Las Manos, donde anunció que acamparía al menos hasta hoy en espera de reunir gran cantidad de seguidores, pero volvió a El Ocotal.

El analista político Matías Funes dijo a Efe que la actitud de Zelaya "no es nada prudente, porque esto genera movilización" de quienes lo apoyan, "pero también del Ejército y la Policía", lo que "puede provocar confrontación y derramamiento de sangre".

Funes señaló que en estos casos "la gente que más se sacrifica es la pobre", como los dos jóvenes muertos, uno el 5 de julio, cuando Zelaya quiso aterrizar en Tegucigalpa en su primer intento por volver a Honduras, y el otro cuyo cadáver apareció ayer en la zona fronteriza y que falleció en circunstancias no esclarecidas.

"Esos hechos violentos se pueden seguir repitiendo en el futuro", advirtió y subrayó que desde que Zelaya fue derrocado ha habido "permanente confrontación" entre sus seguidores y opositores, y se ha generado una situación "difícil para el país".

La Policía y los militares mantienen una cadena de retenes en la carretera entre Tegucigalpa y la zona del departamento oriental de El Paraíso que es fronteriza con Nicaragua.

Según constató Efe, alrededor de medio millar de seguidores de Zelaya, entre ellos la familia del depuesto mandatario, continúa en un retén a unos 12 kilómetros de Las Manos, a donde sus dirigentes prevén enviarles víveres desde Tegucigalpa.

Un grupo de simpatizantes de Zelaya llegó por vías alternas a Las Manos, donde hay fuerte vigilancia policial y militar.

El subcomisionado de la Policía en El Paraíso, Atilio Flores Morazán, indicó que la situación en el retén es "pacífica" y que algunas personas "ya se han retirado".

El Gobierno de Roberto Micheletti, a quien el Parlamento designó en lugar de Zelaya el 28 de junio, prorrogó hoy por 12 horas el toque de queda vigente desde el viernes en la región fronteriza.

Hasta ahora, los únicos incidentes ocurridos en la zona son dos escaramuzas entre manifestantes y las fuerzas de seguridad que causaron dos heridos, el viernes, aparte de la aparición, ayer, del cadáver de un joven.

Para el canciller Carlos López, Zelaya solo tiene dos opciones: seguir en la frontera con Nicaragua o regresar al diálogo bajo la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias.

Zelaya "o entra (a Honduras) y se le captura, porque esas son las instrucciones, o se retira (de la frontera con Nicaragua) y vuelve a la mesa de negociaciones en San José de Costa Rica, que es lo que le ha pedido la comunidad internacional", dijo López hoy a periodistas.

Funes también consideró que "es mejor que se retome el diálogo en Costa Rica", camino que "no hay que dar por agotado" y que, "si sigue la confrontación, sería alterado".

Arias propuso la reinstalación condicionada de Zelaya, amnistía política, adelanto de las elecciones de noviembre, una comisión de la verdad y verificación internacional, entre otros puntos.

Zelaya rechazó la propuesta y dio por fracasado el diálogo, pero Micheletti, aunque insiste en su negativa al retorno del depuesto presidente, sigue en el diálogo y pasó los planteamientos de Arias a consulta con los órganos del Estado a los que competen.