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Juicio entre Televisa y Univisión se complica

Juicio entre Televisa y Univisión se complica

Demanda se originó por interpretación ambigua del contrato Program License Agreement.

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El juicio entre Televisa y Univisión
sobre la emisión por internet en EEUU de contenidos comunes quedó
visto hoy para sentencia tras unos últimos alegatos que giraron en
torno a los "mitos" expuestos durante el proceso.

Los abogados de ambas partes se esforzaron en transmitir al juez
Philip S. Gutiérrez de la corte federal de Los Ángeles su
interpretación del contrato que vincula a estos gigantes televisivos
en español desde 1992 y que resultó ambiguo respecto a los derechos
para distribuir programas a través de nuevas tecnologías.

Aquel acuerdo, conocido como Program License Agreement (PLA),
estableció el marco general de suministro por contenidos producidos
por Televisa, entre ellos las populares telenovelas, a las cadenas
del grupo Univisión para su emisión en territorio estadounidense a
cambio de importantes sumas de dinero.

El contrato no incluyó cláusulas referentes a internet debido a
que por entonces la red estaba en una fase primitiva y usó un
lenguaje un tanto difuso a la hora de definir los límites de los
derechos y las obligaciones adquiridos por los firmantes.

John Keker, abogado de Univisión, insistió en que los documentos
de 1992 dieron a la empresa estadounidense la exclusividad para
distribuir en EEUU los contenidos cedidos por Televisa "en cualquier
formato" y aseguró que su cliente nunca habría accedido al acuerdo
si no le blindara ante la competencia de su socio latinoamericano.

Keker afirmó que el contrato únicamente aceptó una posible
emisión "accidental" de programas en EEUU por parte de Televisa en
la zona fronteriza entre los dos países, donde se podrían pisar las
señales, aunque Gutiérrez se preguntó por qué el acuerdo omitía la
posibilidad de que Univisión emitiese fortuitamente en México.

Una cuestión que quedó sin respuesta clara.

Por su parte, Herber Wachtell, defensor de los intereses del
grupo mexicano, acusó a sus colegas letrados de Univisión de
presentar una estrategia basada en 12 "mitos" o falsedades que fue
desgranando poco a poco, un planteamiento que no gustó al juez
aunque terminó por protagonizar la sesión.

Wachtell señaló que los acuerdos firmados concedían a Univisión
una exclusividad de distribución reducida a las transmisiones
convencionales de televisión y no prohibían que Televisa entrase en
el mercado de EEUU en un futuro, siempre que diese la oportunidad a
su socio de participar en el proyecto.

Asimismo, el abogado recordó al juez que Emilio Azcárraga Milmo,
fundador de Televisa y su dirigente en aquella época, quería que su
empresa fuese lo más global posible y que ése fue el espíritu que se
recogió en el contrato del 92.

El magistrado planteó sus dudas al respecto e indicó que los
términos en los que estaba redactado el acuerdo no mostraban esa
visión de forma suficientemente explícita.

Se espera que la sentencia de este caso se dé a conocer hacia
finales del mes de julio o principios de agosto.

En los cuatro días de vista oral celebrados la segunda semana de
junio declararon el actual presidente de Televisa, Emilio Azcárraga
Jean y, a través de una grabación, el que fuera dirigente de
Univisión en 1992, Jerrold Perenchio.

La batalla por los derechos de internet es la última de una serie
de enfrentamientos legales en EEUU entre estos dos gigantes de la
televisión en español que a principios de este año pactaron
extrajudicialmente poner fin a una demanda por incumplimiento de
contrato planteada por Televisa en 2005.

Las directivas decidieron entonces dejar sus diferencias a un
lado y continuar con el acuerdo que está vigente hasta 2017, a
cambio de un pago millonario por parte de Univisión y sin definir
por mutuo acuerdo los derechos de emisión en internet.

El canal estadounidense lograba mantener así el control sobre la
distribución de las telenovelas de Televisa en EEUU, algo que según
los analistas supone el 80 por ciento de los espacios de mayor
audiencia de Univisión.