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Sotomayor y la jugada maestra de Obama

La escogencia de Sotomayor representa una hábil jugada política del presidente Barack Obama, quien verá reforzados su liderazgo y simpatía entre la comunidad…

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El despliegue de noticias generado por la nominación de la juez Sonia Sotomayor a la Corte Suprema de Estados Unidos era de esperarse. Con intachables credenciales y preparación académica, Sotomayor trae no solo el peso de los 17 años de experiencia como juez federal sino la experiencia propia del sueño americano y de abrirse paso frente a los desafíos de la sociedad.

Si es confirmada, Sotomayor se convertiría en la tercera mujer en ocupar el cargo de magistrado en la corte suprema y la segunda en funciones en la actual corte, conjuntamente con Ruth Bader Ginsburg.

Pero más allá de lo simbólico, la escogencia de Sotomayor representa una hábil jugada política del presidente Barack Obama, quien verá reforzados su liderazgo y simpatía entre la comunidad latina mientras gana tiempo para seguir trabajando en la reforma migratoria tan esperada por nuestra comunidad.

Al mismo tiempo, el presidente pone entre la espada y la pared a los republicanos en el Congreso, ya que si se oponen a la confirmación de Sotomayor podrían perder aún más popularidad con la apetecida comunidad latina, una de las de más alto crecimiento y poder económico del país y que hasta ahora ha sido reticente con el mensaje conservador.

Y es que la comunidad no olvida la férrea oposición de miembros de ese partido a la reforma migratoria propuesta por el presidente George W. Bush en 2007, sin duda alguna una de las razones por las cuales los hispanos votaron ampliamente por el actual presidente.

Pero los conservadores no tienen por qué temerle a Sotomayor. Durante su carrera ha sido tanto abogada corporativa como fiscal pública y fue designada como jueza de distrito en Nueva York por el presidente George H.W. Bush y a la corte de apelaciones de los Estados Unidos, donde actualmente sirve, por el presidente Bill Clinton.

De ser confirmada, se convertiría en el segundo magistrado de la corte suprema con experiencia como juez de litigios.

A pesar de ser divorciada, Sotomayor profesa la religión católica y asistió a escuelas apoyadas por esa fe, algo que sin duda alguna callaría cualquier insinuación de que es muy liberal. De acuerdo con datos proveídos por la Casa Blanca, la nominada mantiene fuertes lazos familiares con sus hermanos y sobrinos, así como con sus ahijados. Regularmente está en contacto con su madre, quien junto a su padrastro la acompañó el día que Obama anunció su postulación.

Esta semana  Sotomayor comenzará a reunirse con miembros del Congreso para comenzar el proceso de confirmación. A todas luces, Sotomayor representa a la mujer hispana del siglo XXI: Independiente, profesional y exitosa, pero a la vez comprometida con los valores familiares. El balance perfecto, podríamos decir, para un juez de la corte suprema.