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La nueva América

Una foto de Obama y la juez Sonia Sotomayor es el retrato de la nueva América. Muestra la caída de esas barreras históricas raciales en la que los hispanos…

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Una foto de Obama y la juez Sonia Sotomayor es el retrato de la nueva América. Muestra la caída de esas barreras históricas raciales en la que los hispanos pueden ser un factor catalítico por su naturaleza desprovista de una única raza y por su desprevención contra la mezcla. Sin embargo, pese a que son un puente transformador, son vistos con temor.

 

La fotografía fue portada a nivel nacional de medios el pasado martes, pero dejará de ser noticia cuando se acepte de una vez por todas que este es el nuevo rostro de esta Nación, un país de inmigrantes, etnias, razas, colores…

El martes se conoció la nominación del primer hispano a la Corte Suprema de Estados Unidos, que además resulta que es una mujer, la tercera en la historia de esta corte.

Son normales las reacciones contrarias a cualquier nominación a un cargo como este, especialmente cuando se trata de un tribunal creado nada más y nada menos que para restringir la autoridad del Gobierno y el Congreso.

El asunto es que la comunidad hispana se huele cuándo las reacciones son anti-inmigrantes, anti-latinas, anti-raciales, anti-nuevoestadounidenses...

Sin embargo y volviendo al nuevo rostro de Estados Unidos, estas oposiciones contra el desempeño y la integridad, en este caso de Sotomayor, tienen un gran riesgo, pues quien lo intente sin argumentos válidos como se prevé, perderá el voto latino, que definitivamente demostró en las elecciones pasadas que también ya hace parte del nuevo mapa electoral de Estados Unidos.

Tan tangible es este poder, que parece que con la nominación de la hispana a tan alto cargo federal y además vitalicio, el presidente Obama comenzó a pagarle a esta minoría los votos que ayudaron a la llegada del primer afroamericano a la Presidencia estadounidense.

Tampoco hay que ser muy perspicaz para entender que también fue una jugada para atraer votantes latinos al Partido Demócrata.

Quien maneja el juego del poder, sabe entonces, que la inclusión es la clave, pero ésta no es un capricho, obedece a una realidad demográfica, electoral y propia de los imparables flujos migratorios globales que le están cambiando el rostro y el color a muchos países.

Retrocediendo el tiempo, el suramericano, centroamericano, el mexicano... nació de la amalgama indígena-española, que quizás le hizo menos temeroso a la mezcla, un fenómeno satanizado en EEUU cuando en realidad es un acontecimiento  natural.

El nuevo estadounidense es Sonia Sotomayor, una hispana, boricua, persistente, capacitada, trabajadora, humilde y, especialmente, muy parecida al viejo estadounidense.