Ciudadanos estadounidenses y canadienses que traten de entrar por tierra o mar a EEUU necesitarán enseñar un pasaporte o la tarjeta pasaporte a partir del primero de junio.

Viajeros que no muestren alguno de estos dos documentos serán interrogados por agentes fronterizos y podrían ser llevados a la oficina de Aduanas para responder preguntas adicionales.

Los nuevos requerimientos son parte de la Iniciativa de Viaje del Hemisferio Oeste (WHTI), emitida por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.  

“No se le negará la entrada a ciudadanos norteamericanos que estén regresando de viaje”, dijo Melissa de la Tejera, representante de DHS, pero si puede que tengan retrasos hasta que la patrulla fronteriza esté satisfecha”.

“El objetivo de esta iniciativa es facilitar la entrada de ciudadanos norteamericanos y visitantes extranjeros, y al mismo tiempo reforzar la seguridad en las fronteras” dijo el departamento en un comunicado.