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Sotomayor es criticada por enarbolar su hispanidad

Algunos grupos conservadores han comenzado a tacharla de "activista judicial".

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la jueza Sonia Sotomayor (i) junto a su madre Celina Sotomayor.

 

Las declaraciones de la juez Sonia
Sotomayor sobre la importancia de su identidad latina se han
convertido en un arma arrojadiza para algunos grupos conservadores
de EE.UU. que han comenzado a tacharla de "activista judicial".

La magistrada de origen puertorriqueño, candidata de la Casa
Blanca a cubrir la próxima vacante en el Tribunal Supremo, es objeto
ya de un milimétrico escrutinio por parte de republicanos y grupos
conservadores que han comenzado a rescatar sus palabras del olvido.

Entre las declaraciones que han salido a la luz figura un
discurso del 2001 en la Universidad de Berkeley (California), en el
que Sotomayor reflexionó, a título personal, sobre su identidad
étnica, su trabajo como juez y la interrelación de ambos factores.

"Nuestro género y orígenes nacionales pueden y de hecho ejercen
diferencias en nuestra forma de juzgar", dijo Sotomayor en su
discurso titulado "La voz de una jueza latina".

"A menudo se cita a la magistrada (Sandra) O'Connor diciendo que
un hombre y una mujer ancianos y sabios llegarán a la misma
conclusión en un caso", añadió Sotomayor, quien aseguró "no estar
segura" de concordar con esa afirmación.

"Lo que yo esperaría es que una mujer latina sabia con la riqueza
de sus experiencias alcance generalmente conclusiones mejores que un
hombre blanco que no haya vivido esa vida", concluyó entonces la
letrada de 54 años.

A diferencia de los que dicen que los jueces tienen que estar por
encima de sus opiniones y experiencias, Sotomayor cree que eso
afecta lo que los magistrados eligen ver e ignorarlo puede, en su
opinión, ser contraproducente para la ley y la sociedad.

Esos puntos de vista han puesto en pie de guerra a asociaciones
conservadoras como Judicial Confirmation Network.

Wendy Long, asesora del grupo, afirmó en un comunicado emitido
hoy que Sotomayor es una "activista judicial liberal de primer rango
que piensa que su propia agenda política es más importante que las
leyes que ya están escritas".

Long criticó a la candidata de Obama para el máximo tribunal del
país por creer que factores como el género o la raza tienen que
tener un impacto en la toma de decisiones.

Jay Sekulow, del también conservador American Center for Law and
Justice, también arremetió contra la decisión de la Casa Blanca y
adelantó que la selección de Sotomayor desatará un debate nacional
sobre el activismo judicial y el papel del poder judicial.

La Casa Blanca, mientras tanto, dice estar convencida de que su
candidata, considerada una progresista moderada, será confirmada por
el Senado sin grandes problemas.

El secreto radicará, según altos asesores de la residencia
oficial, en mantener el control sobre la narrativa de la vida de
Sotomayor, que se quedó huérfana de padre a los nueva años y se crió
en unas viviendas subvencionadas por el Gobierno en el Bronx.

Esa narrativa oficial no oculta la raíces latinas de Sotomayor,
como demostró el martes el propio Obama, quien insistió en que la
magistrada "nunca se olvidó de dónde empezó y nunca perdió el
contacto con la comunidad que la respaldó".

Sus allegados confirman que la juez ha mantenido una profunda
conciencia de sí misma como una latina de origen humilde.

Durante sus años en la prestigiosa Universidad de Princeton, de
donde se graduó "summa cum laude", mantuvo una participación activa
en los asuntos relacionados con los estudiantes latinos.

La juez eligió una frase del socialista estadounidense Norman
Mattoon Thomas (1884-1968) para el anuario escolar de la
universidad: "No soy un campeón de causas perdidas, sino de causas
que todavía no se han ganado".

Puede que esa filosofía sea la que la haya ayudado a estar a un
paso de lograr una causa pendiente, la de que un latino se siente
por primera vez en la máxima instancia judicial del país.

En la actualidad, ocho de los nueve miembros del Supremo son
blancos -entre ellos una mujer- y otro es afroamericano, el
conservador Clarence Thomas.