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Nuevos reglamentos para las tarjetas de crédito

Beneficiará a las minorías, que suelen ser víctimas de tácticas de los bancos.

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El Congreso de EEUU aprobó el miércoles una ley
respaldada por la Casa Blanca y que, en medio de una recesión
económica, supone una "carta de derechos" y protecciones para
millones de consumidores afectados por altas tasas de interés y
otras tácticas usadas por los bancos.

Una portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el presidente
Barack Obama prevé promulgar la ley este viernes.

En una reunión en paralelo con periodistas hispanos, Melody
Barnes, una asesora de la Casa Blanca para asuntos políticos
internos, dijo que la ley ofrece importantes protecciones y
beneficiará especialmente a las minorías, que suelen ser víctimas de
tácticas depredadoras de los bancos.

El proyecto de ley, que entrará en vigor nueve meses después de
su promulgación, fue aprobado en la Cámara de Representantes con 361
votos a favor y 64 en contra, un día después de que el Senado lo
aprobase por 90 a 5.

Entre otros elementos, la ley exige que los bancos apliquen los
pagos de los clientes a los balances con los intereses más altos
primero, y les prohíbe que aumenten las tasas de interés en base a
los pagos atrasados que tenga el cliente en otros bancos.

También prohíbe cuotas punitivas por hacer pagos electrónicos o
automatizados por teléfono, excepto si se realizan de forma expedita
con un miembro de la oficina de servicio al cliente.

Además, exige que los bancos avisen a los clientes, con 45 días
de antelación, sobre cualquier incremento inminente en las tasas de
interés.

Bajo la nueva ley, los bancos no podrán aplicar un aumento en las
tasas de interés de forma retroactiva a menos que el cliente se
atrase 60 días en su pago.

Eso sí, los bancos tendrán que restablecer la tasa de interés
original, más baja, si el cliente pago a tiempo sus cuentas durante
un período de seis meses.

La ley también exige que los estudiantes menores de 21 años
demuestren su capacidad de pago para poder obtener una tarjeta de
crédito.

La medida sale del Congreso en unos momentos en que el monto que
deben colectivamente los estadounidenses en sus tarjetas de crédito
ronda el billón de dólares.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo
que se trata de una "carta de derechos" para quienes portan tarjetas
de crédito porque éstos "tendrán la información que necesitan para
tomar decisiones cuidadosas sobre sus vidas financieras".

Al votar a favor de la ley, el congresista demócrata de
California Xavier Becerra señaló que casi la mitad de las familias
en EEUU carga una deuda de tarjeta de crédito, y una quinta parte de
esas familias paga intereses que superan el 20 por ciento.

Agregó que, en 2008 los bancos y demás instituciones que emiten
tarjetas de crédito impusieron un total de 19.000 millones de
dólares en cuotas punitivas para familias con tarjetas de crédito,
ya sea por pagos atrasados u otros problemas.

Quienes, como Becerra, respaldaron la medida aseguran que el
objetivo es restablecer el "equilibrio" en los contratos entre las
compañías emisoras de tarjetas de crédito y los clientes, y evitar
los abusos de los bancos.

Barnes, directora del Consejo de Políticas Domésticas de la Casa
Blanca, dijo a los periodistas que esta ley exige transparencia y
responsabilidad de los bancos, ayuda a quienes "usan las tarjetas de
crédito para sobrevivir", y ayuda a prevenir "las artimañas y
maquinaciones" de ciertos bancos.

Según Barnes, 4 de cada 5 hispanos están sujetos a tasas de
interés superiores al 20 por ciento.

Sin embargo, algunos detractores consideran que la medida es un
bumerán porque tendrá el efecto contrario a lo que pretende la ley y
muchos estadounidenses terminará pagando intereses incluso más
altos.

En los corredores del Congreso, American Express y grupos como la
Asociación de Banqueros Estadounidenses (ABA, en inglés), que
representan a poderosos bancos como Bank of America, JPMorgan Chase
y Citigroup, argumentaron infructuosamente que la ley acabará
reduciendo el crédito disponible justo en medio de una grave crisis
económica.

Según los detractores, los bancos conceden crédito de acuerdo al
riesgo que suponga el solicitante pero, con la nueva ley, todos por
igual paguen intereses más altos.

Después de todo, los bancos siempre tratarán de cubrir sus
pérdidas, aún si eso significa pasar la cuenta a los consumidores.

El senador demócrata Christopher Dodd, que patrocinó la medida en
el Senado, no se cree ese argumento, e insistió en que ésta
representa una "victoria" para los millones que dependen de las
tarjetas de crédito para subsistir en la economía actual.