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Murió el gran juglar del vallenato colombiano

Rafael Escalona, el célebre compositor de "La casa en el aire", falleció unos días antes de llegar a los 82 años.

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El músico colombiano Rafael Escalona, el
célebre compositor de "La casa en el aire" y "El testamento".

 

El músico colombiano Rafael Escalona, el
célebre compositor de "La casa en el aire" y "El testamento" y que
falleció el miércoles en una clínica bogotana unos días antes de llegar a los
82 años, fue el "juglar mayor" del vallenato, ese aire musical de la
costa caribeña colombiana.

Rafael Calixto Escalona Martínez nació en la localidad de
Patillal del norteño departamento del Cesar el 27 de mayo de 1927 y
fue el séptimo de nueve hermanos, recordaron hoy fuentes culturales.

El maestro Escalona, como era conocido, se consideró en alguna
ocasión como el "cronista del vallenato", desde los lejanos años en
que su padre, Clemente Escalona, le leía historias periodísticas y
él, entonces, creía que "podía hacer lo mismo pero (no escritas)
cantadas".

Su primera canción data de febrero de 1943, a la que siguieron
decenas, tras recoger historias cotidianas de su región.

Desde entonces, y según algunos de sus biógrafos, su obra creció
así como su fama de "músico, parrandero y mujeriego".

Algunas fuentes familiares señalan que llegó a tener 36 hijos.

"Escalona es un mosaico pintoresco y lleno de gracia que narra
las historias, las costumbres y chismes de su tierra, según ocurre
en 'La patillalera', 'La custodia de Badillo', 'El villanuevero',
'El general Dangond' (...) Pero también deja testimonio de sus
amores y dolores, como en 'La historia', 'Honda herida', 'La
brasilera', 'Dina Luz' (...)", recuerdan los biógrafos.

Agregan que fue un "versificador preciso y compositor
sorprendente", y "en sus mejores cantos aparecen dosis
magistralmente medidas de humor y poesía".

Las historias cantadas de Escalona salieron de Valledupar,
capital del Cesar, en los años 50, "pasaron al repertorio
internacional y a la televisión en los 80 y sirvieron en los 90 para
producir impacto en el mercado de discos y conciertos de América y
Europa, de la mano de Carlos Vives".

El nombre de Escalona, incluso, fue incluido en "Cien años de
soledad" entre los personajes de Macondo, y el propio Gabriel García
Márquez lo consideró siempre uno de sus mejores amigos.

También fueron grandes amigos del compositor el ya fallecido ex
presidente Alfonso López Michelsen, decenas de periodistas, músicos
y políticos.

Con López Michelsen y con la llamada "Cacica", Consuelo Araújo
Noguera, fundó el Festival de la Leyenda Vallenata en 1967, que
desde 1968, y sin interrupción alguna, se celebra anualmente en
Valledupar.

En la costa caribeña colombiana suenan a diario los conjuntos
musicales que, con sus instrumentos básicos, representan el
mestizaje racial: el acordeón europeo, la caja africana y la
guacharaca (una caña metálica con estrías) que utilizaban los
indígenas precolombinos.

Y fueron esos instrumentos los que pusieron la música a las
decenas de piezas de Escalona.

El periodista y escritor Daniel Samper, otro de sus grandes
amigos y biógrafos, señalaba hace algunos años que Escalona fue un
"coleccionista de navajas y amigo de sus amigos".

Anotaba en un perfil del músico el mismo Samper que en Bogotá,
ciudad en la que Escalona vivió los últimos 25 años, "seguía siendo
enamoradizo, sentimental y de lágrima floja".

El propio Escalona señaló en alguna ocasión, tras regresar de
Panamá, donde fue cónsul por nombramiento de López Michelsen, que no
volvería a vivir en Valledupar porque allí bebía mucho trago.

Samper agregaba en el perfil que, con el tiempo, este veterano
cultivador de canciones y de arroz en zonas tórridas "ha acabado por
adaptarse a la capital. Viste siempre de paño oscuro, muy elegante,
y usa guantes para protegerse del frío".

Y añadía que "no hay hijo que no reconozca, ni whisky fino al que
no le haga asco, ni mujer a la que le niegue un piropo, un verso o
un canto improvisado del que luego no queda registro".

Escalona murió de una insuficiencia cardíaca tras sufrir una
recaída en su estado de salud, por la que estuvo internado en la
Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Santa Fe, en la zona
norte de Bogotá, desde el pasado 4 de mayo.