Cruz agregó que los muchachos que entran a la escuela a mitad de año los reciben sin ningún tipo de autorización ni siquiera de las que se firman sin saber qué dicen.

Esta es, a mi entender, una denuncia absurda. O si algo hay que denunciar es contra los padres de familia y los políticos, no contra la dependencia del Departamento de Salud de la alcaldía que está adelantando una campaña sana y necesaria.

La adolescencia es una etapa absolutamente crítica. En esos años se marca indeleblemente buena parte de lo que será el adulto para el resto de la vida. Y el sexo es un asunto clave en ese conjunto de elementos que moldean a la persona como tal.

Los muchachos sometidos a un proceso abrumador de desarrollos hormonales, de búsqueda de su propio yo, del descubrimiento de su cuerpo, de sus sentimientos, de sus emociones, de nuevas sensaciones y experiencias están en su gran mayoría desamparados. Sometidos además, a un bombardeo inclemente de información caótica, por todos los medios, con un alto contenido sexual. ¿Dónde están los programas ideados por los políticos para orientarlos en esa etapa crítica? ¿Dónde están los padres de familia muchos de los cuales van a la escuela una vez, firman papeles que no leen y después se olvidan de sus hijos y de lo que les está ocurriendo en la escuela y en la calle. De vez en cuando reaccionan, como en este caso de la distribución de condones, y entonces ponen en el grito en el cielo.

Todos los estudios indican que los jóvenes están empezando muy temprano su vida sexual activa. Además de que están abandonados a su propia suerte el manejo de esa situación es individualmente muy difícil. Por estos días están saltando dos escándalos ambos protagonizados por sacerdotes católicos. El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ha sido acusado de engendrar varios hijos mientras era obispo. Él reconoció a uno que tuvo con una humilde mujer campesina que llegó a trabajar al palacio diocesano.

Además de que Lugo prevalido de la superioridad manifiesta en todo sentido sobre la muchacha tuvo relaciones con ella al mejor estilo de los patrones abusadores, hay ahí un caso de manejo incontrolado del sexo.

El otro escándalo es el del padre Alberto Cutié, de Miami, quien fue sorprendido con una mujer en una playa. Él le ha dicho a los medios que se enamoró y que nadie escoge enamorarse. También que "debajo de la sotana hay pantalones", es decir que es un hombre y que el sexto forma parte de su propia condición humana.

Si estos dos personajes, uno de 40 años y el otro de 57, con toda su formación académica, moral, humanista, preparados para ser orientadores de otros seres humanos, sucumbieron ante el embate, ¿qué podemos esperar de niños que solo se tienen unos a otros para surcar ese piélago de nuevas sensaciones, atracciones irresistibles y enormes peligros?

Lo ideal es que los muchachos reciban en sus hogares toda la información y sana formación sexual. Pero eso no ocurre. Dejemos pues que personas de buena voluntad les enseñen, al menos, a usar los condones. Así se evitará, aunque sea en parte, la transmisión de enfermedades mortales y que los muchachos arruinen sus vidas con embarazos prematuros cuyos frutos irán rodando por el mundo aún más abandonados que ellos mismos.