LIVE STREAMING

El poder curativo de las máscaras mexicanas

    De nuevo llevan máscaras los mexicanos. Máscaras azules. Aunque estas máscaras contemporáneas, quirúrgicas, se utilicen para prevenir el contagio de la…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Fighting Sargassum

Community Colleges

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

    De nuevo llevan máscaras los mexicanos. Máscaras azules.

    Aunque estas máscaras contemporáneas, quirúrgicas, se utilicen para prevenir el contagio de la influenza porcina, las máscaras han formado parte de la cultura mexicana desde el año 3000 antes de Cristo. En la era precolombina en México, antes de la conquista española de 1521, las máscaras las usaban los sacerdotes para canalizar el poder de sus dioses paganos.

    A través de los siglos, se volvió ceremonial el portar una máscara. De los ritos culturales (el Día de los Muertos, Carnaval) y las danzas cristianas, (Nuestra Señora de Guadalupe, San Sebastián, Moros y Cristianos, Pastorela) a las danzas históricas (la Batalla del Cinco de Mayo, la Conquista) y las de la cosecha (Primeras Frutas, pidiendo las lluvias).

    El ingenio y la belleza de algunas de las máscaras mexicanas combinan elementos humanos y animales. Se identifican con rostro humanizado las aves, los lagartos y otras bestias en las máscaras. A veces salen de una nariz humana serpientes y lagartijas como expresión abstracta de la unidad entre el ser humano y los animales. Algunas máscaras representan la figura completa de un animal, como un tigre, adherida a un rostro humano, haciendo imposible discernir entre lo animal y lo humano.

    Las máscaras bélicas, como las de jaguares y tigres, implican el coraje y la valentía. Alguna vez posicionadas sobre un rostro de verdad, saturaban al portador con cualidades nobles. También lo ocultaban de los enemigos, tales como un molesto virus porcino. La aceptación casi universal de temas y creencias culturales ligados a las máscaras revelan mucho sobre el carácter del mexicano en general.

    Preséntese la máscara quirúrgica celeste. Si son una clave las imágenes del Internet y de la televisión, los mexicanos por todas partes llevan puestas esta última máscara, la cual me parece contiene temas antiguos de “curación” y “supervivencia”.

    Después de todo, los doctores dicen que la nueva máscara protege a la gente sólo si alguien les estornuda encima. Parece que es más psicológica que otra cosa el llevar la máscara, ya que el tamaño de los poros de la mayoría de las máscaras es demasiado grande como para impedir que pase el virus. No importa. Surgiendo de la tragedia de la gripe en México podrá ser un nuevo trato artístico de una máscara moderna.

    En la confección tradicional de las máscaras mexicanas, el color azul significa agua y pureza. El rojo representa derramamiento de sangre y maldad, mientras que el verde alude a la cosecha y el negro a la muerte. Hoy en México, no he visto imagen de ninguna máscara quirúrgica roja ni negra.

    La máscara quirúrgica no podrá proteger contra la muerte ni el contagio de la gripe porcina como lo haría una vacuna (en desarrollo en lo que vamos a la imprenta), o el lavarse las manos, el uso de limpiadores de manos con alcohol, o evitar darse la mano o saludar con beso.  Pero sí ayuda.

    Sabemos que el nuevo virus de influenza porcina se transmite entre seres humanos, pero no sabemos el grado de facilidad de infección. Es casi seguro que se transmite mediante los estornudos y la tos y al tener contacto físico directo (como darse la mano, besarse) con una persona infectada.

    Si bien los científicos siguen preguntándose aún por qué la infección actual parece ser más fuerte en México que en los Estados Unidos, la nueva máscara celeste parece prestarle un poder místico, sino pragmático, al portador, el poder de la supervivencia.

    Las máscaras de México siempre han trazado la historia de su pueblo, sus culturas, y sus religiones. De la pre-conquista hasta la colonización española al catolicismo, las guerras y los tiempos contemporáneos, las máscaras han servido para dar instrucción histórica y de valores.

    Las máscaras de calavera utilizadas durante ceremonias del Día de los Muertos enseñaban que la muerte es una parte natural del ciclo vital y que no es de temer. Los Viejos muchas veces reflejan una perspectiva cómica y no depresiva de la vejez. Las máscaras de la dualidad muestran un solo rostro dividido verticalmente, un lado del bien (un ángel) y el otro el mal (un diablo), hombre y mujer, la vida (un ser humano) y la muerte (una calavera). Las máscaras duales de ser humano con animal reflejan la unidad mística entre la gente y los animales.

    En el mundo moderno de los deportes mexicanos, las máscaras de lucha libre agregan un toque de terror y audacia al surtido del luchador mexicano. Parece que lo mismo hace la delgadísima máscara quirúrgica para los que la usan, en su batalla contra los gérmenes porcinos en el aire.

    Como mexicano-americano quien vivió un tiempo corto en México, me parece refrescante en un sentido artificial, ver que las máscaras mexicanos retienen aún el poder de proteger contra la maldad, para transformar al que las lleva en alguien que temer, y a dar lecciones sobre la valentía, la supervivencia y, pues, la higiene.

    Es indiscutible la belleza y el misterio inherentes a las máscaras antiguas de México.  Los museos, las galerías de arte y los coleccionistas desean fervorosamente coleccionar las máscaras antiguas de México. Queda por verse cuál será el efecto cultural a largo plazo de la máscara celeste en México.

    Por ahora, me contento con dejar que los que la lleven estén a salvo.

    (John Rosales es periodista quien reside en Washington, D.C.)

    © 2009 

00:00 / 00:00
Ads destiny link