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Vecinas y residentes de la zona desde hace 40 años

Entre recuerdos dulces y amargos, dos amigas de antaño cuentan cómo se ha trasformado el área de Kensington desde que llegaron.

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Hoy en día la zona sigue siendo comercial, en su mayoría de negocios dominicanos. 

Hay amistades que duran toda la vida, tal es el caso de la puertorriqueña Lucía García y la nicaragüense Martha Salinas, ambas residentes del área de Kensington, y amigas desde hace 40 años.

Ambas acuden al Centro para personas de la tercera edad Carmen Aponte, ubicado al frente del parque al que a ellas llaman el ‘parque de las ardillas’, en el norte de Filadelfia.

Hablando entre risas tratan de recordar el día en que se conocieron.

“Tú eres más joven que yo, yo ya no me acuerdo de casi nada, pero eso sí lo recuerdo bien, fue en la iglesia Bautista que está en el bloque 23 de la calle Hancock, porque tú vivías enfrente”, le dijo Salinas a García.

En ese entonces algunas cosas eran diferentes: Los primeros hispanos llegaban al área y a los “gringos”  no los recibieron de buena gana.

“No nos dejaban entrar a las iglesias, no les gustaba que estuviéramos en el parque, pero después se fueron yendo de la zona y ahora gracias a Dios todo esto es hispano”, dijo García.

Para estas dos amigas de antaño este vecindario es perfecto ya que aseguran tienen todo: Un hospital, los comercios de la calle Front, la carnicería, la escuela y ahora el Centro al que acuden todos los días.

La conversación continúa y los recuerdos fluyen, como la ocasión en la que Johnny Albino, boricua intérprete de boleros, se presentó en un club en la calle Front, entre York y Dauphin.

“Y la vez que fuimos a ver el estreno de la película ‘Como Agua Para Chocolate’”, recordó García.

No solamente los recuerdos buenos vienen a su mente. A García se le llenaron los ojos de lágrimas al recordar que perdió a dos de sus hijos debido a la violencia por drogas en la zona a finales de los ochentas y principios de los noventa. “En ese tiempo, por este parque que está enfrente no había quién pasara por ahí. Se ha mejorado la zona, hubo un tiempo en que la droga estaba en todos lados, todavía hay droga, pero no podemos irnos, no podemos dejarles esta zona a los vendedores de droga”, dijo García.

Según cuenta Salinas, ahora hay muchos más policías en las calles.

“Además a mí me encanta caminar por la calle porque a ella (García) y a mí todo el mundo nos conoce”, dijo Salinas.

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